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Acerca del Trastorno de Déficit Atencional (TDA)

Acerca del Trastorno de Déficit Atencional (TDA)
Hoy les escribo este artículo, porque llegan a mi consulta adultos que han tenido TDA en su infancia y por no haber sido diagnosticados a tiempo, han tenido diferentes dificultades que arrastraron toda su vida. Estas, podrían haber sido evitadas, con un adecuado diagnóstico y tratamiento, en su debido momento.

EL TDA es el Trastorno de Déficit Atencional, que puede ir o no, acompañado de hiperactividad. Esta última apreciación, es la que ha hecho que muchas veces se pase por alto este diagnóstico o que se haya confundido con otro problema diferente.

Cuando un niño tiene TDA con hiperactividad, es detectado más fácilmente porque su conducta es llamativa y genera disturbios en la clase; lo que hace que la maestra ponga en aviso a sus padres y éstos consulten.  

Pero los casos más difíciles de diagnosticar adecuadamente, son aquellos en que falta la hiperactividad. Puede suceder que estas personas arrastren este problema toda su vida, sin entender por qué son diferentes del resto... por qué todo les cuesta el doble que a los demás. Les resulta un esfuerzo enorme mantener la concentración en sus estudios o trabajo, rindiendo muy por debajo de su potencial.

Características de un niño con TDA

Generalmente las características de un niño con TDA están dadas por:

- una gran dificultad para mantener la atención, cuando la tarea deja de ser altamente estimulante: se distrae muy fácilmente, apenas aparece otro estímulo

- un rechazo o muy poco interés para dedicar atención y esfuerzo en tareas complejas

- tendencia a la búsqueda de estimulación y/o gratificación inmediata

- poca capacidad para inhibir respuestas impulsivas (sobre todo si hay hiperactividad)

- muy baja capacidad en la resolución de problemas

El TDA, es un trastorno neurológico que afecta el comportamiento y que tiene un alto componente genético (es en un 80% heredado). Lo tiene aproximadamente entre un 5 y un 10% de la población infantil y es más común en varones, que en niñas. Es favorable su alta respuesta al tratamiento.

Involucra neurotransmisores a nivel cerebral, como lo son la dopamina y la noradrenalina. Alteran funciones del cerebro, que no permiten el normal funcionamiento de la atención, la planificación y la ejecución de las tareas. 

¿Qué pasa cuando no es diagnosticado y tratado a tiempo?

Algunas veces, quienes padecen este trastorno, comienzan a agarrar “bastones” para poder estudiar. Lo hacen con compañeros más organizados y dependen de ellos para poder avanzar. Esto les genera una sensación de inseguridad muy grande, al igual que tener que supeditar su conducta a la de otros, por dicha dependencia.

Así, no desarrollan el gusto por el estudio, lo hacen obligados, viviéndolo como una carga pesada. Cuando pierden alguno de sus “bastones”, se deprimen, ya que solos no pueden avanzar; y todo es a costa de un enorme esfuerzo.

Cuando un niño presenta este trastorno y no es tratado, va a tener varias dificultades asociadas. No solamente les costará aprender (rindiendo por debajo de su potencial), porque les es casi imposible sostener demasiado tiempo la atención (sobre todo cuando les dejó de interesar el tema), sino que se les va a dificultar el relacionamiento en general.
 
Es común que personas de su entorno, piensen que los chicos tienen problemas de atención porque están inmersos en familias disfuncionales, y que dicho comportamiento es la consecuencia de esta problemática o porque sus padres no les ponen límites.

Realmente no es así: en los casos de TDA, lo que sin duda pasa, es que bajo situaciones de stress, se desregula más aún el comportamiento; pero estas situaciones, nos son las causantes de este trastorno, ni la explicación del mismo. Como cualquier otra patología, el medio en que los chicos viven, la potencia más cuando es adverso y ayuda, cuando es estable.

Los padres a su vez, se sienten presionados por el entorno y no siempre actúan de la mejor forma, exigiéndole al chico cosas que no están a su alcance.

A veces son niños agresivos, ya que les cuesta controlar su conducta: tienen mucha impulsividad, aparecen como rebeldes, desafiantes, etc. Los compañeros los evitan, nunca los invitan a jugar a sus casas, la maestra los pone en penitencia, los padres los castigan...

Este círculo no contribuye en lo mas mínimo a mejorar la conducta del chico, ni a desarrollar estrategias mejores de comportamiento. Este se siente disminuido, frustrado, rechazado, diferente al resto. Y empieza a marcar su forma de enfrentar las relaciones y las responsabilidades, de una manera muy distinta de un niño normal. Sienten el mundo como hostil, se sienten incomprendidos. Todo se les hace una carga pesada. No pueden disfrutar de las tareas como los demás, ya que hay un déficit motivacional intrínseco, asociado a su bajo rendimiento y al enorme esfuerzo; y además, con expectativas de fracaso.

Tiene incapacidad para poder planificar y controlar la acción propia. Esto hace que sientan que no tienen control sobre sí mismos, se perciben ineficaces. Muchas veces pueden pensar que no son inteligentes, aunque no haya relación con ésta, aunque sí en el rendimiento. Incluso hay niños que por su alta inteligencia, compensan este trastorno y son los que pasan más inadvertidos.

En suma, les afecta el relacionamiento familiar, académico, recreativo y en un futuro, también el laboral.

He visto adultos con distimia y con depresión, que acarrean desde niños un TDA no diagnosticado. Es por esto que siempre es fundamental informarse, para entender el trastorno y no hacer juicios equivocados, que a la larga pueden perjudicar mucho.     
Los niños con TDA, se comportan así debido a que nacieron con características cerebrales que los llevan a tener esas conductas. 
Lo básico es que tengan el tratamiento adecuado, tanto farmacológico como psicológico, que adquieran estrategias para controlar su conducta, en el colegio y en la casa. Los adultos deben ayudarlos a ponerlas en práctica.

En el colegio, si tienen tareas que requieran especial atención, deben realizarlas a primera hora, ya que su atención es mejor y va a empeorar a medida que transcurra el día (incluso después del recreo es más problemático). Sentarse solos y cerca de la maestra, es mejor que hacerlo con compañeros; a menos que éstos sean organizados y oficien de modelo y estímulo para ayudar a la realización de tareas. En caso de trabajos en equipo, no ponerlos con niños que sean también distraídos o dispersos y en lo posible, asignarle tareas fraccionadas. Su atención se perderá, apenas otro estimulo más importante compita con lo que esté haciendo.

Los padres, muchas veces se resisten a darle medicación para este trastorno como indican los médicos; en general por prejuicios erróneos, sin medir las consecuencias negativas que les acarrea la falta de tratamiento en todos los niveles. Los fármacos para este trastorno, están altamente estudiados y son aprobados por la FDA (Food and Drug Administration, Estados Unidos). Son efectivos y seguros, generan cambios básicos en su comportamiento y en las funciones cognitivas, que les permiten un funcionamiento normal. Mejoran su capacidad para poder mantener la atención, la coordinación motora, el control de los impulsos, la memoria y en suma, el aprendizaje en general. 
 
Muchos chicos al tratarse, experimentan por primera vez que su rendimiento está a la altura de sus capacidades reales y sienten el logro en lo que hacen, el éxito y la satisfacción consigo mismos. 

El apoyo terapéutico sirve para desarrollar habilidades de autocontrol, resolución de problemas y estrategias de asertividad.

Es importante que la familia tenga un rol de cooperación y participación en el desarrollo de estas habilidades.
 
El desarrollo futuro de un niño con TDA, va a estar dado por el grado de información, concientización y responsabilidad que tengan los adultos que estén a cargo del mismo (padres, maestros, cuidadores); que posibiliten una detección y diagnóstico temprano, para poder consultar los profesionales especializados, aceptando el tratamiento adecuado y así, evitar todas las deficiencias secundarias que se pueden dar cuando esto no sucede. 

El desarrollo puede ser normal, no tienen por qué arrastrarse consecuencias colaterales innecesarias a este trastorno. Consecuencias que, con detectarlo y tratarlo a tiempo, pueden evitarse perfectamente. 


Ps. Silvia Cardozo
Terapeuta Cognitivo-Conductual
Técnico en Sexología Clínica
Integrante, Coordinadora y Docente de Suatec (Soc. Uruguaya de Análisis y Terapia del Comportamiento)
Teléfono del consultorio: 2 707 90 27

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Comentarios (17)

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Silvia Cardozo 21-04-2012

Hola, a las mamas que me preguntan sobre el tema, les dejo mi correo para poder contestarles a cada una en forma adecuada. Me pueden escribir a ensil@adinet.com.uy. Gracias.

Comuna Mujer 28-03-2012

Hola, Alejandra! Gracias por contarnos tu experiencia. Cualquier consulta, te puedes comunicar con Silvia al teléfono de contacto al pie de la nota. Un beso para ti.

Comuna Mujer 28-03-2012

A Justa y Sivlia, les agradecemos sus consultas. A la brevedad, Silvia les estará respondiendo. Muchos saludos.

alejandra garcia 28-03-2012

hola yo tengo una hija con dificultades para aprender, se distrae mucho y es muy lenta. No es hiperactiva sino todo lo contrario, pero lo que me llama la atencion como dice el articulo siempre necesita la aprobacion; el año pasado en la escuela la han sentado con la maestra y tiene muy pocos amigos

silvia 27-03-2012

hola tengo un hijo adolescente de 16, y es tal cual tu describes el trastorno; yo lo llevé a la fundacion cazabajones porque se deprime mucho y me dijeron que no es depresivo, siempre me dice que le cuesta horrores concentrarse en el estudio, las consultas son accesibles para clase trabajadora? gracias

silvia cardozo 23-03-2012

La penitencia sirve para sacarlo en ese momento de la situacion, pero para generar aprendizajes se lo debe ayudar en la adquisicion de otras conductas mas adaptadas. Gracias Maria por tu pregunta.

silvia cardozo 23-03-2012

Lo mejor es ayudarlo a aprender otras conductas alternativas, ensayar con el que debe hacer. Tambien ayudarlo a imaginarse como se sienten los demas cuando el se comporta asi, que vea las consecuencias de su conducta y lo positivo de aprender otras mas adecuadas y reforzarlo cuando lo hace bien.

justa techera 23-03-2012

hola, el año pasado deje de hacerle el tratamiento a mi hijo, ahora este año comienza de nuevo, el se siente tal cual usted lo describe mas arriba, cree que sera posible que el, logre empezar a sentirse mejor, frente a su frustacion, soy responsable, de lo que le sucede, quiero ver a mi hijo feliz...

justa techera 23-03-2012

hola, gracias por enviar este email, mi hijo, fue tratado desde bebe por neuropediatra, en primer año se le detecto tda, y comenzo tratamiento, con medicacion y empezo a mejorar, cuando curso tercer año, no logre de ningun modo que la maestra lo ayudara en lo que a ella le correspondia.

Comuna Mujer 22-03-2012

Hola, María! Te agradecemos tu consulta y a la brevedad, Silvia te estará respondiendo.
Te mandamos muchos saludos.

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