Los niños con TDA, se comportan así debido a que nacieron con características cerebrales que los llevan a tener esas conductas.
Lo básico es que tengan el tratamiento adecuado, tanto farmacológico como psicológico, que adquieran estrategias para controlar su conducta, en el colegio y en la casa. Los adultos deben ayudarlos a ponerlas en práctica.
En el colegio, si tienen tareas que requieran especial atención, deben realizarlas a primera hora, ya que su atención es mejor y va a empeorar a medida que transcurra el día (incluso después del recreo es más problemático). Sentarse solos y cerca de la maestra, es mejor que hacerlo con compañeros; a menos que éstos sean organizados y oficien de modelo y estímulo para ayudar a la realización de tareas. En caso de trabajos en equipo, no ponerlos con niños que sean también distraídos o dispersos y en lo posible, asignarle tareas fraccionadas. Su atención se perderá, apenas otro estimulo más importante compita con lo que esté haciendo.
Los padres, muchas veces se resisten a darle medicación para este trastorno como indican los médicos; en general por prejuicios erróneos, sin medir las consecuencias negativas que les acarrea la falta de tratamiento en todos los niveles. Los fármacos para este trastorno, están altamente estudiados y son aprobados por la FDA (Food and Drug Administration, Estados Unidos). Son efectivos y seguros, generan cambios básicos en su comportamiento y en las funciones cognitivas, que les permiten un funcionamiento normal. Mejoran su capacidad para poder mantener la atención, la coordinación motora, el control de los impulsos, la memoria y en suma, el aprendizaje en general.
Muchos chicos al tratarse, experimentan por primera vez que su rendimiento está a la altura de sus capacidades reales y sienten el logro en lo que hacen, el éxito y la satisfacción consigo mismos.
El apoyo terapéutico sirve para desarrollar habilidades de autocontrol, resolución de problemas y estrategias de asertividad.
Es importante que la familia tenga un rol de cooperación y participación en el desarrollo de estas habilidades.
El desarrollo futuro de un niño con TDA, va a estar dado por el grado de información, concientización y responsabilidad que tengan los adultos que estén a cargo del mismo (padres, maestros, cuidadores); que posibiliten una detección y diagnóstico temprano, para poder consultar los profesionales especializados, aceptando el tratamiento adecuado y así, evitar todas las deficiencias secundarias que se pueden dar cuando esto no sucede.
El desarrollo puede ser normal, no tienen por qué arrastrarse consecuencias colaterales innecesarias a este trastorno. Consecuencias que, con detectarlo y tratarlo a tiempo, pueden evitarse perfectamente.
Ps. Silvia Cardozo
Terapeuta Cognitivo-Conductual
Técnico en Sexología Clínica
Integrante, Coordinadora y Docente de Suatec (Soc. Uruguaya de Análisis y Terapia del Comportamiento)
Teléfono del consultorio: 2 707 90 27