Alimentación emocional: cuando el estrés “se alivia” comiendo
“La comida es más fuerte que yo”...
Terminaste tu jornada laboral, vuelves agotada a tu casa y abres la heladera a buscar “algo rico”… ¿te resulta familiar esta escena? ¿comes cuando estás agobiada o agotada? ¿comes como una forma de aliviar el estrés?
Si sientes que comer te calma... si con frecuencia comes más de lo que desearías y luego te sientes culpable, es probable que hayas desarrollado alimentación emocional.
¿Qué es exactamente la alimentación emocional?
Es la tendencia a sobrecomer ante las emociones “negativas”. Se manifiesta de forma distinta en cada persona y puede ir desde “pellizcar” a cada rato, a tener episodios de comida compulsiva a escondidas: un trastorno alimenticio que junto a la salud, afecta otras áreas de tu vida.
Si te alimentas emocionalmente, es probable que te sientas incómoda con tu cuerpo... es probable que hayas intentado hacer dieta muchas veces... es probable que estés harta de restringirte, pero creas que no tienes opción. La verdad es que las dietas por sí solas, no funcionan para la alimentación emocional o lo hacen temporalmente.
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¿Cuál es entonces la solución?
Trabajar sobre la verdadera causa de la sobreingesta: el hábito de sobrecomer anclado en las emociones; o mejor dicho, en el mal manejo de las emociones. Porque si focalizas solo en cambiar los efectos (que en muchos casos es el sobrepeso), el desborde emocional vuelve a canalizarse a través de alfajores y bizcochos.
Si te sientes exhausta de probar dietas y desalentada ante los resultados, quizá creas que no pones “fuerza de voluntad”. Sin embargo, los comedores emocionales ponen mucha fuerza: demasiada; pero la fuerza es inútil a la hora de manejar las emociones.
Existen otras formas más efectivas de encontrar la calma
Siempre el primer paso, es aprender a observar y aceptar cómo te estás sintiendo; y a continuación, es esencial explorar y cuestionar los pensamientos que disparan tus emociones y las creencias que mantienen la conducta de sobrecomer.
Cuando piensas que “es más fuerte que yo”, “siempre fui así”, seguramente sientes inseguridad. Estos pensamientos están anclados en la creencia (convincente, pero falsa) de que “eres” tu hábito. La realidad es que solo estás actuando tu hábito y éste se puede cambiar, cuando aprendes a cambiar tus pensamientos y regular tus emociones.
Si sufres de alimentación emocional, es importante que sepas que es posible desactivarla. ¿Cómo? Reprogramando tu cerebro a una nueva forma de pensar y de sentir, para poder así modificar tu hábito y salir del ciclo restricción/descontrol, que es tan dañino emocional y físicamente.
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Reprogramar tu cerebro no sucede mágica o instantáneamente, pero es muy posible lograrlo con constancia y un método con herramientas psicoterapéuticas adecuadas, y ejercicios de respiración y mindfulness.
En suma, es importante que sepas que no estás condenada a pelear con la comida eternamente. Con una guía profesional especializada, la alimentación emocional es perfectamente superable. Se trata de que aprendas a elegir cómo deseas comer y cómo deseas vivir.
Aporte de Lic. Violeta Guber
Psicóloga y Coach Personal
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