Los hermanos o hermanas de los padres suelen ser referentes válidos, cómplices, confidentes y hasta modelos a seguir para mucha gente. Es más, cuando los avatares de la vida así lo disponen, son capaces de ocupar lugares centrales en la historia de las personas. Los vínculos se construyen. De esto no caben dudas.
"En esta relación hay mucho trabajo, un compromiso, un poner el cuerpo", certifica Sergio Piornedo, psicólogo, escritor y actor.
"Los tíos y las tías pueden cumplir una valiosa función. La complicidad surge del simple hecho de no estar tan preocupados por las cuestiones educativas, como sí deben estarlo los padres. Los tíos, al igual que los abuelos, pueden dedicarse más libremente a la función afectiva y también aportar desde allí lo lúdico, el juego, tan necesario y valioso", dice Ernesto Rathge, médico psiquiatra, psicoterapeuta, director de Red Psicoterapéutica de Rosario. "Cuantos más adultos afectuosos y dedicados hallen los niños y adolescentes en su desarrollo, mejor", agrega.
¿Es necesario, sobre todo cuando se trata de niños pequeños, que los tíos y tías acuerden con los padres ciertas decisiones, como por ejemplo, qué darles de comer, dónde llevarlos de paseo?
El psicoterapeuta responde: "Ya hablamos de la función afectiva que ellos encarnan. Las golosinas y la televisión, en dosis adecuadas, endulzan la vida. No hay por qué cargar las tintas sobre esto, si consideramos que todas las relaciones deben organizarse desde el respeto y desde allí resolver las discrepancias". Y si los tíos o las tías no se parecen a los padres, e incluso tienen modos muy diferentes de llevar su vida adelante, tampoco eso debería gestar conflictos: "La diversidad de modelos, si están centrados en el respeto, la creatividad, la ternura y la inteligencia, deben pensarse como aportes enriquecedores y ser bien aceptados", enfatiza Rathge.
Da la impresión de que actualmente, por diversas circunstancias, hay mayor cantidad de miembros integrando el grupo familiar y que todos pueden ser valiosos a la hora de la crianza de los niños. En ese contexto, los tíos vuelven a ocupar un lugar protagónico.
Comuna Mujer - Agosto 2010