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Ansiedad bajo control

Ansiedad bajo control

Todas las personas sufrimos en mayor o menor medida, ansiedad frente a distintas situaciones; pero algunas personas son más vulnerables que otras, porque traen una predisposición a ser más ansiosas. Hablamos de predisposición genética y también aprendida. 

Este tipo de personas, son las que pueden llegar a sufrir algún trastorno de ansiedad como ataques de pánico, trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad generalizada, fobias, etc. 

En algunos casos no se llega a este nivel de ansiedad, pero sí trae algunos inconvenientes en la vida cotidiana. 

La Tecnología

En esta era, la tecnología y el poder saber de las otras personas al instante, ha sido un generador de ansiedad, cuando esto no se da como esperamos.

Si llamamos a alguien y no contesta enseguida o enviamos un mensaje y no hay respuesta, entonces puede pasar que algunas personas se pongan muy ansiosas.

¿Por qué es esto? Porque están realizando conjeturas acerca de por qué no se da este hecho, de la forma en que para ellos debería ser. 

Algunas situaciones...

Lo mismo cuando anticipamos una situación. Si nos ponemos ansiosos ante determinada situación, en general empezamos a imaginarnos cómo se dará, generamos pensamientos que nos ponen, muchas veces, más ansiosos que si no pensáramos nada y esperáramos a estar en la situación misma.  

Es un tema de control: siempre queremos vivir bajo control y el pensar mucho sobre algo, nos hace creer que tal vez así estaremos dominando mejor determinada situación, pero la realidad marca que muchas veces es al revés. Por pensar tanto previamente, llegamos a ella con mucha ansiedad y nos juega en contra

Imaginemos un encuentro sexual. La persona piensa y se preocupa por hacer un buen papel, dar una buena imagen en dicho encuentro, etc. Así puede pasar que empiece a sentirse muy inseguro/a en base a sus pensamientos y exigencias, y este encuentro pase a resultarle generador de mucha ansiedad.  La respuesta sexual en la fase de excitación, está regida por el sistema nervioso autónomo en su fase parasimpática, esto quiere decir que necesita estar con cierto grado de tranquilidad, para poder tener una respuesta sexual adecuada en dicha fase. Si la persona no logra estar relajada, es muy probable que no logre el grado de excitación adecuado. Resultado que no le pasaría si la situación no le hubiera generara tanta ansiedad.

Siempre tenemos que tener en cuenta, que nuestros pensamientos son los principales generadores de ansiedad, no las situaciones en sí. Es la forma en como nosotros evaluamos una situación y lo que le adjudicamos a ella, lo que nos puede poner ansiosos.

Por esto es que hay situaciones que para algunas personas no revisten ningún problema y en cambio, para otras, son causa de mucha ansiedad.

Corrigiendo nuestros pensamientos, es la forma que tenemos de bajar nuestra ansiedad. Cuando nos viene un pensamiento de este tipo podemos preguntarnos: ¿de qué me sirve pensar así? ¿me ayuda a sentirme como quiero o más bien me está produciendo el efecto contrario? ¿me ayuda a solucionar el problema o más bien me estorba? ¿qué efecto tiene sobre mi estado de ánimo y mi conducta? ¿qué le diría a otra persona para solucionar este tema?

Entonces cuando evaluamos que esa forma de pensar no nos está siendo productiva, no nos está ayudando, entonces desechamos ese pensamiento y tratamos de sustituirlo por otro más adaptativo, positivo o simplemente evitamos pensar en eso y así, desviamos el pensamiento a otra cosa que no me genere ansiedad. 

Malentendidos

Hay situaciones que a veces son malentendidas y también, generan mucha ansiedad y no se apartan del patrón anterior, de adjudicación de un determinado significado a una situación. 

Como mencionaba anteriormente: es común en esta época de mucha tecnología en la comunicación, que las parejas se hablen mucho por chat, donde no se conocen los tonos, las intenciones, no se ven las caras, etc. y muchas veces se generan malos entendidos, porque no se interpreta bien lo que la otra persona quiere trasmitir.

Hay personas que escriben como hablan, lo cual hace difícil entender más si no hay puntos, ni comas o la forma de expresarse por escrito, es inadecuada. Este tipo de situaciones, hace que del otro lado quien lee un mensaje, dé por hecho que entendió lo que el otro quiso trasmitir y luego, esto no se corresponda con la realidad. Cuando lo que se entiende no es lo que se esperaba, sin duda se va a generar malestar, ansiedad, etc. Este tipo de situaciones es sumamente frecuente y da lugar a muchas peleas de pareja, que se podrían evitar con una mejor comunicación o al menos, a no dar por sobre entendido que la forma que interpretamos un mensaje, es la única posible y correcta

Cuando las personas no son ansiosas, es menos frecuente caer en este tipo de malentendidos, porque pueden esperar a aclarar el tema oportunamente... pero cuando no manejan bien la ansiedad, se generan reclamos que no suman en la relación, sino más bien lo contrario

Por esto es que cuando apostemos a este tipo de comunicación, hay que tener en cuenta estos factores y manejarnos con cautela a la hora de las interpretaciones, para no terminar estropeando situaciones por su causa.

Otros efectos

La ansiedad afecta en todos los órdenes de la vida, no solamente en los vínculos. También afecta hasta en nuestro peso corporal. Cuando canalizamos la ansiedad comiendo en forma excesiva, también es una forma disfuncional que nos genera problemas.

O cuando nos deja en blanco frente a un examen y lo perdemos o cuando no nos animamos a hablar en público... o nos limita en algún sentido importante de nuestra vida. 

Siempre que pierda su fin adaptativo, que es prepararnos para enfrentar una situación de peligro real, está siendo desadaptativa.  

¿Qué hacer?

Hay variadas “técnicas de relajación”, que ayudan a manejar la ansiedad, junto con lo que llamamos “reestructuración cognitiva” y que tiene que ver con estos ejemplos que vimos anteriormente... o sea, corrigiendo aquellos pensamientos que nos llevan a ponernos ansiosos. Cuando estas técnicas no son suficientes, se recurre a fármacos para ayudar a reducir la ansiedad, si esta causa mucho deterioro en la vida de la persona.

Estamos en una era de: llame ya, consuma ya, hágalo ya... todo a velocidades impensables hace unos años atrás y si no controlamos nuestros verdaderos tiempos para cada cosa y caemos en esta vorágine, es muy difícil escapar a no sentirnos ansiosos. Porque creemos que estamos haciendo algo mal, cuando en verdad no es así.

Hay mucho stress en este estilo de vida, que dispara muchas patologías relacionadas a la ansiedad y tenemos que cuidarnos de esto. 

Tratar de mantener una vida lo más equilibrada posible, donde a nuestras obligaciones le sumemos momentos de distensión, de esparcimiento, de descanso, es la mejor forma de contrarrestar este estilo de vida que es generador de ansiedad y prevenir así, posibles problemas relacionados a ella. 


Ps. Silvia Cardozo - Terapeuta Cognitivo Conductual
Email: ensil@adinet.com.uy

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