Asertividad: conozca sus derechos y haga buen uso de ellos
Derecho a ser nuestro propio juez
Este es el derecho primario del cual se desprenderán todos los demás derechos. El ser conscientes del mismo evitará que seamos manipulados por otros.
Desde niños comenzamos a ser manipulados, adquiriendo normas de lo que los otros creen que se “debería” hacer y vamos incorporando un sistema de valores sobre lo que es “bueno” o “malo”, dejando de lado nuestras preferencias, deseos, necesidades o sea sin tener en cuenta nuestra propia persona.
Sería esperable que cada uno de nosotros, optara en función de si algo le “gusta” o “no le gusta” y no en función de si “debo o no debo” hacer determinada cosa. Somos nosotros mismos en definitiva, los responsables de juzgar nuestro comportamiento, tenemos derecho a querer, a sentir y a pensar de una manera personal, por más que ésta esté en contra de la lógica y los deseos ajenos, y a ser responsables de las consecuencias de dichas decisiones, sin sentirnos culpables; incluso cuando el resultado afecte a otros, no les agrade o no haya sido el deseado.
En primera y en última instancia es uno quien toma las riendas de su vida, siempre y cuando actúe en función de su propio sistema de valores. En definitiva: ser fiel a uno mismo.
Tenemos derecho a no dar razones o excusas para justificar nuestro comportamiento
Si somos nuestros propios jueces, no tenemos porqué justificarnos frente a los demás por nuestras decisiones o nuestras formas de comportamiento. Los demás pueden no estar de acuerdo con nuestra forma de actuar y es su opción asertiva, el que puedan comunicarnos si les gusta o no lo que hacemos.
Si algún amigo se niega a reconocer nuestros derechos asertivos e intenta manipularnos y no nos respeta esperando que actuemos como éste lo desea, podemos optar por someternos, lo cual no enriquecería nuestra relación, ya que estaríamos negado nuestro derecho a ser nuestros propios jueces.
¡Ojo! Tengamos en cuenta que en muchas ocasiones, podemos llegar a lo que llamamos “acuerdos viables”. Pero si nuestro amigo no acepta otra forma que no sea la propia, sería interesante tomar consciencia que nuestra amistad está basada en la manipulación y no en el respeto de cada uno de sus integrantes; por lo cual nos cabe recordar que la elección de nuestros amigos y de todo lo demás, depende de nosotros.
Tenemos derecho a juzgar, si nos incumbe la responsabilidad de encontrar soluciones a los problemas de otras personas
Esto no significa volvernos insensibles frente a los demás, pero así como nosotros somos responsables de nuestro propio bienestar, ellos son responsables de buscar su propia felicidad.
Si permitimos que los demás nos expongan sus problemas como si fueran nuestros, corremos el riesgo de dejar de lado nuestros propios intereses, para evitar el sentirnos culpables, ansiosos o ignorantes. Por ejemplo, si nuestra amiga nos dice que si no dejamos de ir a nuestra clase de gimnasia para estar con ella porque está deprimida, dejará de ser amiga ya que ella es más importante que nuestra clase. Es probable que esto nos haga sentir culpables y el miedo a perder su amistad, nos haga dejar de lado nuestros propios intereses en función de los suyos.
La creencia de que los derechos de los demás son más importantes que los propios, hará que dejemos de lado nuestros propios deseos en función de los de nuestra amiga. Frente a este tipo de manipulaciones, podemos caer en ellas o tener una respuesta asertiva, como ser que “si piensas que no puedes esperar a que haga mi actividad y luego te acompañe y por ende deseas terminar nuestra amistad, tal vez deberíamos terminarla.”
La creencia de que los derechos de los demás son más importantes que los propios, hará que dejemos de lado nuestros propios deseos en función de los de nuestra amiga. Frente a este tipo de manipulaciones, podemos caer en ellas o tener una respuesta asertiva, como ser que “si piensas que no puedes esperar a que haga mi actividad y luego te acompañe y por ende deseas terminar nuestra amistad, tal vez deberíamos terminarla.”
Es a ella a quien le incumbe buscar su propio bienestar y si depende de nuestra compañía, tendrá que aceptar que como personas independientes, estamos ocupándonos de nuestro propio bienestar.
Tenemos derecho a cambiar de parecer
A media que va pasando el tiempo, vamos cambiando y muchas veces cambiamos nuestra forma de pensar y/o también de actuar. Esto muchas veces puede ser muy enriquecedor para con nosotros; sin embargo puede pasar que nos encontremos con personas que traten de manipular nuestro comportamiento, ya que nuestro cambio afecta sus propios intereses (o al menos, eso sienten).
Trataran de manipularnos cuando nos hacen creer que no se puede cambiar de opinión y que además, se debe justificar el porqué del cambio. Esto no es así: usted tiene el derecho a cambiar de opinión y muchas veces, dicho cambio lo beneficiará.
Trataran de manipularnos cuando nos hacen creer que no se puede cambiar de opinión y que además, se debe justificar el porqué del cambio. Esto no es así: usted tiene el derecho a cambiar de opinión y muchas veces, dicho cambio lo beneficiará.
Tenemos el derecho a cometer errores y ser responsables de ellos
Cuando estamos aprendiendo, es muy probable que nos equivoquemos; pero esta es la forma de aprender por ensayo y error. No esta mal equivocarse, lo malo es no arriesgarnos a aprender. Esto no significa hacer lo que nos venga en gana sin importar las consecuencias, podemos cometer errores y también ser responsables de las consecuencias de nuestro propio comportamiento.
Frente a nuestros errores, tenemos que tener cuidado de no caer en la trampa manipuladora de los demás, que se ve reflejada en la creencia infantil de: “no debes cometer errores y si lo haces debes ser castigado, ya que estás ocasionando problemas y por consiguiente, debes tomar decisiones más apropiadas. Para eso, otras personas deben regular tu comportamiento y decidir por ti para que dejes de causar problemas y así, reparar el mal que causaste."
¡Puedes cometer errores! Eso no te convierte en una “mala” persona; los errores son simplemente errores y no nos definen como personas.
Hasta aquí hemos visto algunos de los Derechos que nos corresponden desde que venimos al mundo. Pronto haremos una segunda entrega.
Un aporte de: Viviana Vaisenberg
Terapeuta del Comportamiento
Debajo, más publicaciones de la autora.
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