Estos bombones son ricos, fáciles de hacer y no cuentan con azúcar entre sus ingredientes, por lo que los pueden comer sin culpa... ideales para regalar o darse un gusto.
Ingredientes
• 160 grs. de dátiles sin carozo o pasas
• 80 grs. de avellanas molidas
• 3 cucharadas de cacao
• 2 cucharadas de agua
• ½ cucharadita de vainilla
• 1 pizca de canela (opcional)
• 1 pizca de sal de mar
• 45 grs. de avellanas picadas
Preparación
Comenzamos separando la cantidad de avellanas que vamos a usar y luego, las tostamos. Para hacerlo, debemos usar una sartén o wok limpio y seco, calentarlo un minuto y luego agregar las avellanas y moverlas constantemente hasta que empiece a oler a tostado: esto libera los aceites y les da un sabor muy rico.
Luego de tostar los 80 gramos de avellanas, las molemos hasta dejarlas hechas harina. A continuación, tostamos los 45 gramos restantes y las picamos con un cuchillo o bien, las procesamos un poco en el procesador de alimentos. Reservamos en un plato.
Picamos los dátiles en trocitos y los procesamos (los picamos antes, para ayudar a no forzar el motor), junto con la vainilla. Lo hacemos a alta velocidad, para que queden un poco molidos. Agregamos la avellanas molidas, el cacao (considerar también la canela, si es que usaremos) y la sal. Procesamos hasta lograr migas.
Con el procesador en funcionamiento, agregamos el agua (una cucharada por vez), hasta que la mezcla comience a formar bolitas. Dependiendo de qué tan secos estaban los dátiles, puede que necesitemos más o menos agua, por eso la agregamos de a poco.
Vamos separando la mezcla de a cucharaditas. Formamos bolitas con las manos. Las pasamos por las avellanas picadas, presionando para que puedan adherirse trozos grandes.
Las refrigeramos.
Nota: si usamos una medida de una cucharada, salen quince bombones; si usamos una cucharadita, salen más de veinte. Si las quieren guardar por más de tres días, conviene congelarlas.
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