Cada uno a nuestra manera, todos tratamos de encontrar la felicidad. Sin embargo, en esa búsqueda, muchas veces nos desviamos y olvidamos lo que realmente nos hace sentir bien. Así, hacemos cosas que creemos que debemos hacer pero que deliberadamente nos privan de esa felicidad, aunque no siempre seamos conscientes de ello.
Muchas de las cosas que hacemos pensando que son lo que debemos hacer para ser felices, no son más que ladrones de felicidad a los que abrimos la puerta y a los que les consentimos que nos devoren desde dentro. Estos ladrones llegan en forma de convencionalismos sociales a los que nos sometemos, en un alarde de libertad, para alcanzar una felicidad que, en realidad, está en otra parte.
“La felicidad no es algo confeccionado… viene de tus propias acciones.” -Dalai Lama-