No sólo los hombres, sino también las mujeres, ven la sexualidad como una forma de gratificarse y ambos, depositan grandes expectativas en este sentido en la pareja. Sin embargo, debido a lo centrada que hoy está la sociedad en producir y producir, muchas parejas descuidan su intimidad.
Ana (28 años), cuenta entre molesta y desconcertada: “Juan sale todas las mañanas super temprano de la casa, corre todo el día y siempre llega cansado. Yo lo busco y me insinúo porque necesito hacer el amor para estar feliz; si no, ando ansiosa e irritable."
Cuando el estrés reduce la vida íntima, ambas partes tratan de identificar un culpable y se responsabilizan mutuamente, de modo que las conversaciones agradables se reemplazan por ironías y comentarios hirientes, con los cuales se desvalorizan y destruyen la autoestima.
Otro motivo que causa problemas sexuales, es la angustia del rendimiento: el miedo a no satisfacer al otro. Esto se explica, por la actual preponderancia de los medios de comunicación, que muestran escenas de pasión eternas, protagonizadas por individuos perfectos, lo que frustra a las personas comunes que no pueden reproducir ese modelo. Surgen así, reproches y recriminaciones, en vez de conversar abiertamente sobre el problema.
Dado que el amor se hace entre dos, la pareja tiene que transmitir mensajes verbales y no verbales claros. Por supuesto, que lo primero es que reconozca que su vida íntima no anda bien y luego, diagnosticar el por qué: si es un problema de deseo, de orgasmo o de excitación. Saber que todos son problemas con solución.
Recuperar la intimidad, implica re-erotizar el vínculo hombre-mujer, para lo cual ambas partes deben focalizarse en sí mismas y redescubrir su comportamiento sexual, distinguir los estímulos que los hacen reaccionar y conocer sus respuestas afectivas, para luego compartir esa información con el otro y utilizarla.
Se destruye de este modo el mito de que en la sexualidad todo debiera ser espontáneo, como en las películas.
¿Cómo puede ayudarnos el cultivar la creatividad y la imaginación a la hora de recuperar la intimidad? ¿Cómo se puede aplicar la creatividad en la cama? Son preguntas frecuentes que muchos suelen hacerse cuando se trata de intentar innovar en eso del sexo. La imaginación es un arma muy poderosa, si se sabe utilizar en el momento adecuado. No es necesario que cada encuentro sexual sea diferente al anterior, no hace falta estresarse para encontrar cada vez fórmulas diferentes. La imaginación, puede ser aplicada cuando el momento así lo propicie, cuando nos interese planificar algo distinto o como recurso para salir de la rutina de vez en cuando.
La imaginación puede ayudarnos como desinhibidor sexual. Cuando empleamos la creatividad, podemos ser capaces de creernos lo que nos plazca. Inventamos nuevos roles y personajes que nos ayudan a realizar cosas que normalmente nos darían vergüenza. Por otro lado, el hecho de crear un personaje, permite que los encuentros sexuales sean mucho más lúdicos y con una intensidad distinta.
Se puede aumentar la imaginación, a través de muchos elementos: vestuario, disfraces, juguetes sexuales, lugares distintos, libros eróticos... pero sin olvidar, que el placer sexual no se compra. La imaginación consiste en atreverse a ir más allá.
Lic. Diana M. Resnicoff
Psicóloga Clínica. Sexóloga Clínica.
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