La envidia es un sentimiento muy humano, que puede alterar el estado de ánimo de aquella persona que vive más centrada en sus carencias, que en sus fortalezas.
Cuando una persona establece comparaciones continuamente entre sí misma y los demás, colocándose en el plano de la inferioridad, sufre de forma notable. ¿Qué puedes hacer para prevenir esta infelicidad?
1. Elabora un plan de acción, para luchar por esos objetivos que de verdad suman ilusión a tu vida.
2. Muchas personas ocultan la envidia cuando la sufren, porque se juzgan moralmente por sentir de este modo. Todo sentimiento que se reprime, tiende a brotar con más fuerza. Hablar con naturalidad de ello, puede ayudarte a canalizar la energía negativa que produce la envidia.
3. Felicita a tus compañeros de trabajo por su labor y practica el compañerismo. Pide ayuda también cuando la necesites.
4. Celebra los éxitos de tus amigos, como si fuesen propios. Alégrate de corazón por su felicidad, ya que esta alegría también enriquece tu espíritu.
5. Corrige cada pensamiento negativo que venga a tu mente como consecuencia de un sentimiento de envidia, por otro pensamiento positivo.
6. Participa en un taller de risoterapia y descubre cómo el sentido del humor, ayuda a relativizar las dificultades del día a día.
7. Establece un orden de prioridades, que conecte con el plano de la felicidad y actúa de forma coherente con este esquema. Desde cualquier punto de vista, la envidia es siempre una pérdida de tiempo... un ingrediente que no tiene espacio en la receta de la felicidad.
8. La felicidad no se puede medir en gramos, ya que este sentimiento no se puede cuantificar. Por tanto, es muy importante no hacer comparaciones interpersonales, porque cada historia es única e irrepetible.