La maternidad y el sexo
Masters y Johnson (investigadores sobre sexo), hicieron un estudio sobre “sexo y embarazo”, que reveló que el 47% de las mujeres, no tenían el menor interés por el sexo en los tres primeros meses después del parto.
Esto es, porque el sistema hormonal aún se está adaptando de “estar embarazada” a “no estarlo”; lo que significa que el nivel de la libido está bajo, porque también lo está el nivel de estrógenos. Y esto implica que no lubricas. Por esta razón, el acto sexual las primeras veces no te parecerá maravilloso; pero apenas superes esto, el sexo volverá a ser una parte satisfactoria de tu vida, que te une a tu marido. Además, una vez que empieces nuevamente con la menstruación, estos problemas terminarán. Mientras tanto, puedes acudir a geles lubricantes que venden en farmacias (y hasta en supermercados), que son especialmente indicados para subsanar este inconveniente.
Y si te pasa que estás teniendo relaciones con tu marido y el bebé comienza a llorar , bueno… tómalo con humor, atiéndelo y vuelve a intentarlo más tarde. Después de todo, prolongar un rato las ganas, no tiene nada de malo.
Recuerda que la vida tras el bebé, va a depender de como tú la tomes: hay madres que la disfrutan y otras, que la sufren. No elijas ser de estas últimas: si te sientes muy cansada, pide ayuda, túrnate con tu marido, madre, suegra, hermana, empleada, etc.
La maternidad y tus otros roles
Tampoco te olvides de tus otros roles, además del de ser mamá. Sin duda van a estar en menor medida, pero no debes dejarlos de forma definitiva. Eso es lo que te va a ayudar a que tu maternidad, sea más disfrutable.
No es necesario ser una madre sufrida y abnegada todo el tiempo: alcanza con ser responsable y darle mucho amor a tu hijo.
Si tienes dudas con respecto de cómo llevar adelante tu vida, hay un ejercicio que es muy bueno para visualizar cómo está nuestra vida, en un determinado momento y es el de “Dividir la Tarta”.
Ejercicio: Dividiendo la Tarta
Haz tú el ejercicio y pídele a tu marido que él también lo haga.
Se realiza de la siguiente manera: cada uno en una hoja, dibuja una tarta (redonda). Luego la dividen en porciones, según sus roles y el tiempo que ocupan en su vida.
Sin duda, en este momento, tu función de madre va a tener ¨una porción¨ mucho mayor que tu rol de hija, tu rol de amiga. Tu rol de esposa, va a ser también diferente y tu rol profesional, de trabajo fuera de casa o el tiempo destinado a la actividad física, seguramente sean menores.
Haz que él haga lo mismo sobre sus roles y tiempos. Luego de finalizada, miren unos minutos cada uno su tarta y reflexionen sobre ella.
¿Están conformes en el tiempo que dedican a cada parte de su vida?
Si no es así, entonces hagan otra tarta, dividiéndola en cómo les gustaría que fuera en cuanto a los roles y al tiempo dedicado a cada uno. Luego, compárenlas con las reales.
Después, cada uno le da las tartas al otro para que las vea. Tal vez te sorprenda el modo en que tu marido ve su vida... o los cambios que le gustaría hacer. Y a él también le puede pasar lo mismo contigo.
Es el momento de empezar a hablar sobre eso: ver cómo hacer para introducir algunos cambios, que hagan que sus vidas se parezcan más a lo que desean. Planifiquen esos cambios y pónganlos en práctica.
Después de esto, sería bueno que tengan ambas tartas a mano (por ejemplo, pegadas con un imán en la heladera o en la puerta del closet), para verlas cada tanto y no olvidar lo que quieren y se han propuesto de la vida. Esto hará que ambos se sientan más unidos al tener esa meta en común y no perder de vista, hacia dónde van. Cuando se alejen demasiado de las metas, cada uno se lo recordará al otro y retomarán el camino.
Una vez que te hayas adaptado a la nueva vida, habrá infinidad de buenos momentos que disfrutarás. Los niños se encargan con mucho cariño, de compensar ampliamente el trabajo que dan.
Van a haber momentos que no podrás creer querer tanto a esa personita que te dice "Mamá". Es un enamoramiento mutuo y muy disfrutable. Sólo es importante que estés a gusto con tu vida en general, porque si no lo estás, cobrarás en mal humor con tus seres queridos, que no tienen ninguna culpa. Recuerda siempre que la decisión de traer un hijo al mundo, es de los padres, no del niño.
En suma...
La maternidad puede ser la experiencia más hermosa si no te apuras y si no la cargas de una dosis exagerada de instinto maternal .
Si mantienes en cierta medida tus otros roles, dejas que los demás te ayuden con el cuidado del niño, involucras a tu esposo siempre y no pierdes la perspectiva de cómo quieres vivir tu vida, entonces estás preparada para la llegada de ese pequeño ser, que te mirará como a nadie en el mundo y estarás dispuesta a "matar dragones" por él.
Después de todo, somos las privilegiadas de poder tenerlos dentro nuestro nueve meses y la palabra que más te va a emocionar sentir en tu vida, es la más común del mundo: ¨MAMA¨.
Un hijo deseado y en una pareja sólida, no sólo va a ser un niño muy feliz, sino que también hará que todos los sacrificios te parezcan pocos y la recompensa, inmensamente grande. Sólo recuerda no apurarte… ¡hay tiempo!
Ps. Silvia Cardozo
Terapeuta Cognitivo-Conductual
Técnico en Sexología Clínica
Integrante, Coordinadora y Docente de Suatec (Soc. Uruguaya de Análisis y Terapia del Comportamiento)
Teléfono del consultorio: 2 707 90 27