Diferentes posibilidades
Hay familias que pueden tener a su cargo los padres en su misma casa, y brindarles el cuidado y atención necesaria... siempre teniendo en cuenta, de seguir con las restantes actividades propias y familiares, y siendo muy conscientes de que si precisan ayuda, deben pedirla y no sobrecargarse.
Si necesitan un cuidador/a que los ayude o un enfermero/a, y pueden disponer de estos servicios, es un gran alivio, para así evitar la carga de stress que disminuye en la calidad del vínculo. Es un esfuerzo físico y emocional importante, que también puede complicarse si hay patologías mentales tales como el Alzheimer o demencia senil, donde el familiar no está preparado para lidiar con esto y va a requerir ayuda adicional importante.
En otros casos, los padres disponen de su propia casa y tienen personal a cargo que los cuida. Allí la familia tiene un rol de visitar a menudo y supervisar si se está cumpliendo en forma adecuada dicho trabajo y además, proporcionar el afecto, cariño y atención que necesita, porque ese rol no lo suple nadie más que la familia.
Otra opción es un residencial de ancianos. Es una decisión muy difícil de tomar, porque surgen culpas, presiones, ideas diferentes según las distintas opiniones de los hijos, etc. En general, esta medida varía según la dependencia y el estado de salud que tenga el anciano. Si necesita atención permanente, cuidados médicos y compañía las 24 horas, es una buena opción a considerar.
Puede haber muy buenas intenciones de cuidar a los padres, pero si se tiene que trabajar, el anciano no puede valerse por sí solo, las cuidadoras no dan resultado y se tienen riesgos de accidentes domésticos por esta causa, un residencial debe considerarse como una posible solución que da seguridad a todos. Esto no implica desentenderse del anciano, sino adaptarse a la realidad que se vive. Lo importante en estos casos, es que se mantengan siempre las visitas, que se verifique el cuidado que reciben, que en la medida de lo posible, puedan sacarlo de paseo o de visita a algún lado y que se los siga participando de las reuniones familiares.
Otras consideraciones
También hay que pensar que es un momento donde los niños ven cómo sus padres ayudan a sus abuelos y reciben así, un ejemplo de solidaridad y amor. Este mismo modelo lo van a llevar en su memoria cuando les toque ese rol... así como los padres hoy, tuvieron ese ejemplo de los suyos de cómo se encargaron de sus abuelos.
Si bien es cierto que los tiempos cambian y tal vez hoy no se dispone de tanto tiempo como antes para el cuidado de los abuelos, lo que se trasmite es la importancia y responsabilidad con que se tomaron esa tarea. Aunque la solución sea otra, lo que no se pierde es tratar de buscar la mejor opción para ellos.
A veces las relaciones con los padres no fueron buenas y seguramente en esos momentos, sea difícil poder revertirla. En general se cosecha lo que se siembra. Aún así, puede verse como una oportunidad de revertir la situación y llegar a buen término en la relación. Eso va a depender de cada uno.
No debemos olvidar que ofreciendo un trato digno a nuestros padres, estamos honrando también nuestra propia historia, nuestro pasado y preparándonos para nuestro futuro.
Ps. Silvia Cardozo
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