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Diez pautas para la crianza de los hijos

Diez pautas para la crianza de los hijos

Por Silvia Cardozo


1) Dedicarles tiempo a escuchar sus problemas o cualquier cosa que quieran contarnos. Es frecuente que nos quejemos de que no son comunicativos, pero somos nosotros que muchas veces no damos ese espacio. Por más ocupados que estemos, debe haber un tiempo para ellos siempre. 

2) Señalar los aspectos positivos de su personalidad, para que sirva de reforzador y los afiancen más. A veces nos centramos solo en las críticas y nos olvidamos de fortalecer los puntos fuertes. Incluso las críticas es necesario evitarlas delante de otras personas.  

3) Limitar el uso de la tecnología en los ámbitos no necesarios. Hoy por hoy, los chicos viven con el celular, la computadora, video juegos. Debemos tratar de preservar los espacios y momentos familiares de este tipo de conductas, para evitar que se transformen en adicciones. Por ejemplo, no comer ninguna de las comidas diarias mirando el celular, ni la computadora y mucho menos, jugando video juegos. El espacio dedicado a la comida, debe estar centrado en ésta y en la interacción de las personas con quienes se está. Para eso debemos dar el ejemplo los adultos. 

4) De la misma forma, controlar el acceso a las cuentas de Internet y redes sociales. Los padres les damos el número de tarjeta para comprar determinada cosa por Internet y queda ingresado, por lo que pueden seguir comprando sin saberlo hasta que nos llega la cuenta. Hay que controlar muy bien este aspecto, para no llevarnos sorpresas desagradables.

Lo mismo con las amistades que tienen en las redes, en los distintos chats... revisar sus contactos y si alguien nos parece inadecuado, hablar sobre ese tema. Mientras sean menores, es nuestra responsabilidad enseñarles el uso adecuado y responsable de la tecnología, así como también qué actitudes o acciones aprobamos o desaprobamos.
 
5) Ayudarlos a expresarse en forma asertiva. Muchas veces nos cuentan cómo se defendieron ante un problema o nos hablan de una forma que somos conscientes que no es la correcta y por comodidad, lo dejamos pasar. Educar da trabajo, pero siempre da menos trabajo que corregir cuando es demasiado tarde. Debemos enseñarles a los chicos estrategias de resolución de problemas y que sepan que sus padres están para apoyarlos en ellos. 

6) Estar atentos si tienen alguna conducta extraña que nos resulte fuera de lo común: por ejemplo, autoagredirse, empezar a no comer, a dormir mucho, a contar las calorías, tener miedos irracionales. Cualquiera de estas manifestaciones, deben ser atendidas a tiempo antes que se conviertan en patologías. El detectar a tiempo, siempre es de mejor pronóstico para la mejoría y el tratamiento, en caso de que sea necesario. 

7) Ayudarlos a canalizar las frustraciones... deben aprender que no siempre las cosas salen bien o que por hacer las cosas bien, no les va a ir necesariamente bien en todas las ocasiones. Ese es un error frecuente que hasta los adultos comentemos muchas veces y luego vivimos el mundo o la vida como injusta. Debemos saber que cuando actuamos bien o de la manera correcta, eso nos hace aumentar la posibilidad de éxito, pero éste nunca está asegurado. Siempre pueden haber factores externos que no controlamos. Pero lo importante es saberlo y sentirnos bien con haber hecho lo mejor posible: centrarnos en los esfuerzos, más que en los resultados. 

8) Decirles y demostrarles de todas las formas posibles que los amamos y que nuestro amor es incondicional, que no depende de nada. Lo que sí depende de su conducta, es nuestra aceptación o rechazo sobre lo que hacen; esto sí  no es incondicional y lo  iremos a corregir todas las veces que sea necesario. Pero su conducta no es su persona, incluso cuando señalemos algún error: dejar claro que nos referimos a ella. Por ejemplo: no decirles “eres un chico egoísta”, sino referirse en forma concreta a la acción que nos molestó.  Por ejemplo: “ no convidaste hoy a tu hermano con la caja de alfajores que compramos”... hacer estas correcciones, hace que no se sientan mal con su persona, sino que apunten a corregir la conducta. El poner límites es también, parte fundamental de amarlos.  

9) Ir dándoles en forma gradual, tareas acordes a su edad, para favorecer la responsabilidad. Si les pedimos cosas que los exceden, se van a frustrar por gusto. El pedirles tareas, es parte de ir fomentando hábitos saludables (juntar la ropa, tender la toalla mojada, poner la mesa, ordenar sus cosas, etc.) que sean reforzados por el placer de poder llevarlos a cabo y colaborar. 

10) Tratar que lleven una vida equilibrada, que haya en ella responsabilidades como el estudio, las tareas de su casa y también, diversión y esparcimiento. Enseñarles a administrarse sus tiempos, para que puedan realizar todo esto de forma amena y disfrutable. Cuando se cae en un exceso de responsabilidades y no hay espacio de esparcimiento, eso no es sano para ese chico porque ya desde el "vamos", lo estamos programando para que sea un adulto estresado.

Debemos tratar que pueda desarrollar en la justa medida, todas sus áreas de crecimiento... todas son importantes. 


Ps. Silvia Cardozo
Terapeuta Cognitivo Conductual
Email: ensil@adinet.com.uy

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