El amor entre abuelos y nietos
Ser abuelo es una parte importante del ciclo de la vida para muchas personas. Normalmente, algunos roles los vamos eligiendo (por ejemplo, ser padres) y otros se adquieren sin tener ningún control en la elección. Ser abuelo es uno de estos roles atribuidos sin elegirlos: las personas no eligen si quieren o no quieren ser abuelos, ni cuándo serlo… les llega atribuido por la elección de otras personas: sus hijos.
Las relaciones que mantienen los abuelos y los nietos en general, son satisfactorias para ambos. Las interacciones más comunes entre abuelos y nietos, incluyen visitas de ambos, intercambios de regalos, intercambios de cartas y otras comunicaciones e intercambios de experiencias: hay un intercambio en las dos direcciones.
Los abuelos dan a sus nietos afecto, amor, cuidados, valores morales, experiencias de vida, soporte, comprensión, amistad, tiempo, compañía… y reciben estimulación, entretenimiento, amor, inspiración, continuidad en el futuro, amistad, compañía.
El rol clásico del abuelo y con el que siempre se los ha identificado, es el de “mimar y malcriar” . Lo mismo pasa con la función de dar amor incondicional.
Lo de mimar a los nietos, está muy unido al hecho de que ser abuelo ofrece todo lo bueno de ser padre, pero sin las obligaciones de la crianza.
Los abuelos ya han pasado por la etapa de ser padres, por lo que tienen unos conocimientos y experiencia que los hijos no tienen.
Todos sabemos que los abuelos pueden cumplir varios roles; entre ellos: cuidadores, compañeros de juegos, historiadores, transmisores de valores morales, modelos de comportamiento… vamos a hacer hincapié en estos últimos tres.
- Historiadores: cuentan a sus nietos las tradiciones familiares, lo que hacían ellos cuando eran pequeños, cómo eran sus padres cuando eran niños… los niños disfrutan oyendo estas historias, que les ayudan a llenar el vacío entre el pasado y el presente, dando un sentido a la historia familiar. Este rol les pone en un lugar ventajoso sobre los padres, ya que ellos pueden recordar mucho más del pasado de la familia, de sus orígenes, contar cosas que les contaban sus abuelos; poniendo en contacto aspectos de diferentes generaciones.
- Transmisores de valores morales: aconsejan, guían, asesoran y sobre todo, enseñan que NO todo lo nuevo es bueno y que NO todo lo viejo es malo. Muchas veces los viejos valores son los más acertados y necesitan una reafirmación.
- Modelos de comportamiento: los niños observan la forma de relacionarse de sus abuelos con sus padres y con ellos mismos y esta puede ser la forma que ellos adquieran en el futuro, para relacionarse con sus padres ancianos y con sus propios nietos. También actúan como modelo de envejecimiento y ocupaciones, ya que ayudan a sus nietos a tener una actitud saludable para con la gente mayor sobre todo en nuestra cultura, en la que la juventud es prácticamente adorada. Al conocer a los abuelos, los niños aprenden que los mayores son buenos y pueden quererlos y respetarlos como parte de la familia.
Es un hecho que los abuelos pueden ayudar a los nietos a sentirse queridos y seguros; los niños nunca tienen demasiado de este tipo de amor.
El rol moderno de los abuelos está más relacionado con el afecto y la calidez, que con la autoridad y el poder. Aunque el abuelo no tenga un contacto diario con los nietos y no desempeñe un papel igual al de los padres, se crea un vínculo emocional entre ambos muy importante y que dura toda la vida.
Comuna Mujer - Agosto 2010