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El verano y los adolescentes

El verano y los adolescentes
Llegó el verano. Comenzaron las vacaciones: esos días donde nos tomamos un descanso, ya sea del trabajo, del estudio... en fin, de la rutina. Las vacaciones son un momento para gratificarse. A pesar de esto, algunas personas no logran alcanzar dicho descanso. Tal es el caso de los que no pueden desprenderse de su trabajo, debido a la tecnología; y están todo el día “trabajando a distancia”, o tal vez solo “preocupándose a distancia”.

Pero… ¿qué pasa con los más jóvenes? ¿Salidas, sexo, drogas, vueltas a la madruga, ropa provocativa? Esto tiene consecuencias a corto y a largo plazo. Parecería como si las vacaciones fueran para tomarse un descanso de ellos mismos, para experimentar cosas nuevas... incluso a veces, poniendo en riesgo su persona.

Para algunos, el verano parecería que fuera para “enganchar”, “ligar” o ponerse “pruebas” que primero empiezan como un juego, pero que, según mi opinión, pueden llegar a ser peligrosas, ya que muchas veces pueden dañar la autoestima por haberse prestado a juegos que luego los harán sentir avergonzados, con culpa.

Ejemplos de juegos dañinos: “¿quién toma más?”, “¿quién besa a más personas en una noche?”, “¿quién se anima a bañarse en algún lugar prohibido?”,  "si eres el / la “tonto/a” que no prueba la droga de moda". Los grupos de presión son muy fuertes y el deseo de ser aceptado, puede provocar desenlaces no deseados.

Para esto: DIALOGO. La crítica agresiva sólo logrará que los chicos se alejen aún más de sus padres. Sin embargo, un diálogo abierto y sincero donde uno como mamá o papá cuente sobre sí mismo, cómo vivió su juventud, será una buena herramienta para acercar a dos generaciones diferentes, en vez de alejarlas. Sexo, música, discotecas, salidas, películas y más, son actividades para disfrutar. Tanto para los adolescentes, como para los adultos.

Entonces debemos hacerles las siguientes preguntas: ¿por qué toman alcohol?... ¿para evadir la situación? ¿tiene algún sentido hacer algo para luego no acordarse, sentir vergüenza, ver luego la filmación (bochornosa), subida por otros a YouTube? NO, claro que no.

El alcohol no libera, sino que inhibe los inhibidores. Inhibirse de hacer ciertas cosas es SANO, ya que es la forma que tenemos de protegernos. Entonces éste no libera: tapa, esconde y hace que se pierda la consciencia.

Muchos chicos toman para poder tener relaciones... los adultos, también. Si bien el alcohol en exceso puede provocar una disfunción sexual en dicho momento, esta se resuelve dejando de tomar tanta cantidad de alcohol y trabajando la autoestima... aprendiendo que no se necesita de cosas externas para pasar bien, respetando su cuerpo, a su persona y también, a los demás.

Muchas veces no recuerdan si han utilizado preservativo o no, lo que puede provocar tanto embarazo, como transmisión de enfermedades sexuales o algo que también pasa: despertarse con alguien al lado y ni recordar a la persona.

¿Qué le digo a mis hijos?

Para comenzar, se les puede explicar que si quieren ser tomados en serio, son ellos mismos quienes deben tomarse en serio; o sea quererse, darse su lugar.

Explicarles a las hijas que no están en contra de que tengan relaciones. Estas son parte de la vida y darles su opinión, sabiendo que ellas mismas decidirán el momento. Explicarles que lo que a usted le gustaría, es que se cuiden porque ustedes las aman y sobre todo, porque ellas se aman y se respetan.

Y la forma de cuidarse es que cuando la hija haga algo, luego ella misma  se sienta feliz y orgullosa de sí misma.

Si bien puede tener una aventura de una noche, que piense: ¿cómo se va a sentir al día siguiente? También que es probable que si lo hace con el chico que tanto le gusta sólo por complacerlo, este chico no la tome en serio y busque a otra chica que él considere menos promiscua. Una chica que él esté seguro que si sale con las amigas, no se va a tomar unos tragos y acostarse con el primero que se le cruce.

A los chicos también hay que hablarles; por ejemplo, explicarles que el hecho que sean hombres, no implica que tengan que acostarse con todas... o que todas las chicas deban gustarles, y estar prontos y hacerlo.

Que no es más “vivo”, el que toma más. Que está bien decir “NO”.

Que el preservativo, es para cuidarse a sí mismo. Que si va a hacer algo, que mañana se sienta orgulloso de haberlo hecho. Y que sepan que, pase lo que pase, pueden contar con sus padres. Que si en algún momento tienen dificultades, buscarán juntos la manera de salir adelante.

Permitir las previas en casa, es una forma de ver con quién sale y de alguna manera, controlar el consumo. Si alguien ha tomado demasiado, esa noche no saldrá. Esté preparada: es probable que se enojen, sobre todo si han tomado de más. No es momento para dar explicaciones, ni para razonar en ese estado... sí para quitar las llaves del auto y hablar firmemente. Al otro día, se puede hablar, pero desde lo bueno. Si encuentra a su hijo con un gran dolor de cabeza, vómitos, sueño, con resaca, muéstrele que esto una de las tantas consecuencias de tomar en exceso; y que también lo son los accidentes de tránsito y quedar en ridículo: algo que para los adolescentes es muy importante.

Reconózcales que tal vez se perdieron “la gran fiesta”, pero que en el estado que iban a ir, también se la hubieran perdido; ya que tal vez no podrían ni recordarla al día siguiente y que seguro hubieran hecho "papelones", como al buscar algún lugar donde tirarse o vomitar.

Si su hijo es mayor de edad y toma alcohol, enséñele una forma de pasar toda la noche con el “vaso en la mano”, o sea "enséñele cómo tomar": comer algo antes de tomar... empezar por una bebida no alcohólica, luego pasar a una alcohólica, volver a la gaseosa y contar: contar cuánto se bebe. Saber que más de x cantidad, ya no es divertido. ¿Parece estructurado? Lo es y funciona.

También recuérdele los efectos del alcohol sobre su salud y que, si es menor de 21, debe evitarlo (lea sobre los efectos del alcohol).

Si bien los chicos y chicas parecen grandes, aún buscan la contención de los padres; y si bien es probable que los critiquen por no haberlos dejado salir, sepan que por dentro están contentos, ya que ellos sí pueden sentirse contenidos por esos límites que son la mayor muestra de amor y contención... sin estos límites podrían encontrarse perdidos, desbordados.

Hable, pero sin discursos largos y aburridos; hable y pregunte, hágale saber a su hijo que lo que él tiene para decir es importante: escúchelo, comparta. Abrace, bese y suéltelo, ya que ellos deben vivir su propia vida.


Viviana Vaisenberg

Terapeuta Cognitiva Comportamental
Pag web: www.terapiaonline.com.uy

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Comentarios (4)

Agregar un comentario

Psic. Vivana Vaisenberg 31-01-2013

Algunas personas solo desean tener un vaso en la mano; por tanto, por qué no tomar un refresco? Saludos.

Psic. V. Vaisenberg 31-01-2013

resultar divertido; pero luego, para lograr el mismo efecto, tanto el adolescente como el adulto, lo que hacen es incrementar la cantidad. Les podemos explicar si por un tiempo no toman logran eso mismo y si tomaran más, van camino a la dependecia, papelones, etc.

Psic. V. Vaisenberg 31-01-2013

Hola Maria José! Gracias por tus aportes. De paso aprovecho a explicar qué significa para mi "enseñar a tomar": no es enseñar a que tomen, sino a controlar qué toman, dónde toman, con quién toman y cuánto!
Por ejemplo el adolescente que toma por primera vez, logra un estado de alteracion que puede

maria jose odriozola 29-01-2013

Muy bueno y acertado el tema, nos atañe a todos, pero... algunos consejos no son para todas las edades. No estoy de acuerdo con eso de enseñarles a tomar, creo que a determinada edad no tienen que tomar.

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