Para comenzar, se les puede explicar que si quieren ser tomados en serio,
son ellos mismos quienes deben tomarse en serio; o sea quererse, darse su lugar.
Explicarles
a las hijas que no están en contra de que tengan relaciones. Estas son parte de la vida y darles su opinión, sabiendo que ellas mismas decidirán el momento. Explicarles que lo que a usted le gustaría, es que
se cuiden porque ustedes las aman y sobre todo, porque ellas se aman y se respetan.
Y la forma de cuidarse es que cuando la hija haga algo, luego
ella misma se sienta feliz y orgullosa de sí misma.
Si bien puede tener una aventura de una noche, que piense: ¿cómo se va a sentir al día siguiente? También que es probable que si lo hace con el chico que tanto le gusta sólo por complacerlo, este chico no la tome en serio y busque a otra chica que él considere menos promiscua. Una chica que él esté seguro que si sale con las amigas, no se va a tomar unos tragos y acostarse con el primero que se le cruce.
A los
chicos también hay que hablarles; por ejemplo, explicarles que el hecho que sean hombres, no implica que tengan que acostarse con todas... o que todas las chicas deban gustarles, y estar prontos y hacerlo.
Que no es más “vivo”, el que
toma más. Que está bien decir “NO”.
Que el
preservativo, es para cuidarse a sí mismo. Que si va a hacer algo, que mañana se sienta orgulloso de haberlo hecho. Y que sepan que, pase lo que pase, pueden contar con sus padres. Que si en algún momento tienen dificultades, buscarán juntos la manera de salir adelante.
Permitir las previas en casa, es una forma de ver con quién sale y de alguna manera, controlar el consumo. Si alguien ha tomado demasiado, esa noche no saldrá. Esté preparada: es probable que se enojen, sobre todo si han tomado de más.
No es momento para dar explicaciones, ni para razonar en ese estado... sí para quitar las llaves del auto y hablar firmemente.
Al otro día, se puede hablar, pero desde lo bueno. Si encuentra a su hijo con un gran dolor de cabeza, vómitos, sueño, con resaca, muéstrele que esto una de las tantas
consecuencias de tomar en exceso; y que también lo son los
accidentes de tránsito y
quedar en ridículo: algo que para los adolescentes es muy importante.
Reconózcales que tal vez se perdieron “la gran fiesta”, pero que en el estado que iban a ir, también se la hubieran perdido; ya que tal vez no podrían ni recordarla al día siguiente y que seguro hubieran hecho "papelones", como al buscar algún lugar donde tirarse o vomitar.
Si su hijo es mayor de edad y toma alcohol, enséñele una forma de pasar toda la noche con el “vaso en la mano”, o sea "enséñele cómo tomar":
comer algo antes de tomar... empezar por una bebida no alcohólica, luego pasar a una alcohólica, volver a la gaseosa y contar: contar cuánto se bebe. Saber que más de x cantidad, ya no es divertido. ¿Parece estructurado? Lo es y funciona.También recuérdele los efectos del alcohol sobre su salud y que, si es menor de 21, debe evitarlo (
lea sobre los efectos del alcohol).
Si bien los chicos y chicas parecen grandes, aún buscan la
contención de los padres; y si bien es probable que los critiquen por no haberlos dejado salir, sepan que por dentro están contentos, ya que ellos sí pueden sentirse contenidos por esos límites que son la mayor muestra de amor y contención... sin estos límites podrían encontrarse perdidos, desbordados.
Hable, pero sin discursos largos y aburridos;
hable y pregunte, hágale saber a su hijo que lo que él tiene para decir es importante: escúchelo, comparta. Abrace, bese y suéltelo, ya que ellos deben vivir su propia vida.
Viviana VaisenbergTerapeuta Cognitiva Comportamental
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