¿En qué sintonía eliges estar?

Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión… estos días y a raíz que pasan las semanas, los meses y todo parece seguir igual, me he estado preguntando: “¿hasta cuándo?… ¿hasta cuándo seguirá toda esta situación?... ¿hasta cuándo seguiremos confinados, viendo como el tiempo pasa?”

Sin dudas que es difícil encarar la incertidumbre… el completo desconocimiento de lo que vendrá: porque si nunca hemos tenido certeza del futuro, siento que ahora aún menos: no solo es pensar que siga todo igual… es pensar que cuando la situación se vaya “normalizando”, qué va a pasar con todos los que estuvimos por tanto tiempo “en pausa”… qué pasará cuando nuestras “prisiones” se abran y salgamos después de todo este período de confinamiento… “¿podré soportar el exterior?”… “¿qué me encontraré?”… “¿toleraré la idea que hay un “bicho” dando vueltas y que podrá “atacarme” en cualquier momento?”… y sí… tengo miedo… como tantas personas… pero luego entiendo que hay en mí un gran poder… sí, un gran poder que es real y que me mantiene en pie, ya que si no existiera, no estaría siendo capaz de soportar estas instancias: como te pasa a ti, que estás del otro lado…

Entiendo que hay una fortaleza que no nos deja caer, que nos permite levantarnos día a día… que tenemos un poder que aunque a veces no lo reconozcamos, nos eleva por encima de todo, y nos está haciendo “mutar” a una versión mucho más fuerte y brillante de nosotros mismos.

Pero, al igual que existe la luz, existen los propios “demonios” que muchas veces eclipsan nuestro brillo… pero, ¿acaso no son ellos también, parte de nosotros? Como el yin y el yang, luz y sombra: son dos caras de la misma moneda… porque también hay que aprender a abrazar esa oscuridad: también existe en nosotros… 

El Ser Supremo no nos deja de querer por los errores que cometemos, ya que sabe que estamos todo el tiempo haciendo lo mejor que podemos y nos ama, simplemente porque nos creó… y si Él nos ama de una forma tan incondicional, ¿por qué nosotros estamos todo el tiempo “castigándonos” por ese “lado oscuro”? Si nos seguimos  “flagelando” por nuestros errores y lados débiles, nunca encontraremos la forma de irlos liberando y los cargaremos por siempre: ese espacio nunca estará disponible para que entren emociones más positivas. Está bien entender y conocer ese lado, pero tampoco podemos estar todo el tiempo inclinando la balanza hacia allí y negándonos a comprender que podemos transformar esos sentimientos… 

No es tarea fácil enfrentar las sombras, pero ¿y si en lugar de enfocarnos en pensamientos tales como “odio esta situación”, les damos luz transformándolos en: “¿qué me está mostrando esto que estoy viviendo?... ¿de qué forma me puedo beneficiar de esta instancia?” Esto es aplicable a innumerable cantidad de momentos… no es sencillo responder estas inquietudes, pero conectando con nosotros, siguiendo nuestra intuición, encontraremos las respuestas. Debemos ser receptivos, ya que muchas veces pueden llegar a través de una conversación que escuchemos de forma “casual”, a algo que veamos, a algo que se nos ocurra… las respuestas llegan de distintas formas, solo es cuestión de estar atentos: siempre hay angelitos “sobrevolándonos” y acercándonos sus mensajes… 

Y si sentimos que no podemos solos, entender que en verdad, nunca lo estamos… siempre hay alguien con el que podamos contar: nuestra pareja, un familiar, un amigo, un vecino… siempre hay algún ser, capaz de aportarnos calma y alegría… 

En nuestras manos está hacer nuestros días diferentes y elegir qué radio sintonizamos: radio tristeza o radio esperanza… depende solo de nosotros; como depende solo de nosotros, hacer nuestros días diferentes: hagamos actividades que nos hagan bien, que nos motiven, que eleven nuestro espíritu… riamos más: el humor es sanador… es capaz de elevar nuestra frecuencia y hacernos ver todo desde otra perspectiva… aunque sea por un ratito, nos ayudará a salir del estado de incertidumbre y tristeza.

Tengo una prenda de vestir que tiene una frase que siempre me encantó: “Life is a film”… “la vida es una película”… y así es: como con la radio, nosotros elegimos de qué tipo de película somos protagonistas, entendiendo también que como toda película, tendrá un poco de todo y ahí es donde está la gracia… vayamos escribiendo una, donde a pesar de las circunstancias, siempre actuemos por nuestro bien mayor y no por nuestra auto destrucción… si vemos que no podemos solos, “contratemos” un buen productor, que nos guíe para que nuestra creatividad alcance nuestro punto más alto y nos recuerde lo maravillosos que somos… todo en beneficio de lograr una película con un guión excepcional… la mejor película: la de nuestra propia vida.

Adhara Interconexión