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Espionaje en la pareja

Espionaje en la pareja
El espionaje en la pareja ha cambiado. Antes se solían revisar las camisas a ver si veían con rouge o la billetera de la pareja, a ver si encontraban algún teléfono escrito en un papel; ahora se opta por abrir los e-mails, acceder al chat, mirar a escondidas los mensajes del celular, el historial del navegador de Internet, etc. Y en estas conductas de espionaje, el género femenino supera al masculino, aunque no por mayoría abrumadora como podría pensarse: hay hombres que también espían a sus parejas.

Son distintas formas de querer controlar los movimientos del otro cuando algo anda mal... hay desconfianza o existe la sospecha que la pareja pueda estar interesada en alguien más.

No falta quienes optan por formas más extremas como contratar detectives, hacerlos seguir, tenderle trampas, etc. Depende del grado de obsesión que se tenga en el tema.

A veces son ideas basadas en la inseguridad de alguno de los miembros de la pareja y no tienen base en la realidad. Otras veces, pueden existir indicios que hagan sospechar que la pareja pueda estar en algo más y se opta por esta conducta de espionaje.

Todo comienza en forma ocasional

Ese tipo de conducta es perjudicial para la persona y para cualquier tipo de relación de pareja, y sin embargo, es un tema frecuente que aparece en consulta. Todo comienza en forma ocasional, "sin querer": "dejó el chat abierto y justo lo vi”; pero luego va tomando dimensiones mayores, hasta que la persona está todo el tiempo pendiente de si puede entrar o ver algo de la privacidad de su pareja: si pudiera entrar en el pensamiento, ¡lo haría!

Siempre tengo que tener presente que mi pareja no es mi otra mitad, de la que tengo que saber todas sus acciones y hasta sus pensamientos. Es otra persona con quien comparto mi vida, pero no es parte de mí y por tanto, tiene su privacidad que tengo que respetar, al igual que el otro debe respetar la mía. El invadirse de forma reiterada y extrema, es una forma patológica de relacionarse.

Cuando hay sospechas de que algo anda mal en la pareja, no hay que buscar en las consecuencias, sino en las causas. Si creo que mi pareja no anda bien porque el problema está afuera, en este tipo de conductas que quiero descubrir, no estoy buscando en el origen del tema, sino en las consecuencias.

Por eso cuando suceden estas conductas, hay algunas preguntas que pueden orientar:

1) ¿desconfío porque no me siento segura/o de mi pareja y temo perderlo/a?
2) ¿es esta una buena forma de solucionar el problema?
3) ¿hay problemas en la pareja y lo atribuyo a un tercero?
4) ¿desconfío porque no estoy segura de mi misma/o?
5) ¿soy naturalmente desconfiada/o y esto es un área más donde lo manifiesto?
6) ¿espero descubrir algo para tomar una medida?

Estas son algunas de las varias preguntas que deberían hacerse las personas antes de ceder a estas conductas de control (espionaje casero), que entre otras cosas no es licita ni legal, ya que constituye una violación a la privacidad.

Cuando en consulta alguien me plantea que hace esto, primero le pregunto el por qué y luego el objetivo que persigue con eso. Cuando alguien me manifiesta que lo hace porque no está bien con su pareja, me surge inmediatamente preguntarle si piensa que revisando sus cosas va a estar mejor.

Muchas veces, me responden que lo que buscan es una causa que les explique si la razón por la que andan mal es porque existe alguien más.  Cuando esto sucede, el paso siguiente es saber si tomarían alguna medida en caso que se confirme dicha sospecha o qué harían con la información obtenida de esta manera.

La respuesta a esta pregunta es realmente básica, porque la mayoría de las veces, para gran asombro, las personas buscan pero no quieren encontrar algo que los obligue a tener que dejar su pareja, y allí es donde radica la verdadera trampa.

Si a pesar de enterarse de algo, piensan seguir igual, entonces, ¿para qué eligen torturarse? Y si no quieren encontrar nada, ¿para qué buscan? En los casos que he tenido en mi consulta, la gran mayoría no quiere dejar a su pareja, aún encontrando algo que pueda confirmar sus sospechas.

Algunas personas plantean recién ahí, que entonces, si pasa esto, es porque algo anda mal entre ellos. Es es el punto de partida, justamente donde se debe buscar y no en los mensajes del celular o los e-mails privados. Volviendo al punto anterior, son pocas las excepciones que dicen que dejarían a su pareja en caso de encontrar algo sospechoso.

Entonces esto mismo es lo que lleva a darse cuenta que estamos algunas veces frente a un problema más complejo de lo que parece, cuando la conducta de vigilancia no conlleva a un fin determinado y se convierte en algo obsesivo de control en sí misma.

La persona que hace esto, en general es muy dependiente de su pareja y teme perderla, por eso es que quiere controlarla todo el tiempo, para asegurarse de que no la va a dejar: desconfía por temor a perderla.

Las consecuencias

Normalmente lo que sucede el 90% de las veces, es que no encuentran pruebas suficientes como para confirmar algo de su pareja: pueden ver algún mensaje ambiguo, factible de alguna doble interpretación, algún chat dudoso, algún elogio indeseado a alguna compañera de trabajo, algún histeriqueo, etc. Nada que sea definitivo pero que, fuera de contexto, pueda ser visto de mil maneras sospechosas, pero nunca de gravedad suficiente como para tomar una medida; por lo que lo único que se logra, es aumentar la inseguridad.

Entonces, cuando aumenta dicha inseguridad al punto en que ya se les nota la molestia, terminan diciéndole a la pareja (si ésta no se dió cuenta antes) que hicieron esta conducta, para que les expliquen la situación como es.  
 
Allí ya pasa a ser un problema más grande, porque la pareja se molesta mucho por la invasión y por la desconfianza. Generalmente estas confusiones alejan la pareja, no las acerca. Si el objetivo primario era mejorar, cada vez estarán más lejos de lograrlo. Por eso no es un buen camino para resolver los problemas.
 
Siempre apelo al sentido común: uno no puede controlar todas las cosas que hace su pareja; aún controlando dos o tres cosas de este tipo, hay miles que se escapan de posible control. 

Si necesito realizar estas conductas de control todo el tiempo, es que algo no anda bien y no hay que buscar afuera, sino en la misma relación de pareja o en uno mismo, que no puede confiar en el otro. 

Si es el primer caso que la relación de pareja no está bien, entonces es importante ser conciente que no anda bien para ambos. Lo mejor que puedes hacer es plantearlo directamente y ver cuál puede ser la solución (o al menos entre los dos buscar dónde radica el problema), que seguramente no es en el chat, ni en el correo, ni en los sms, sino algo más profundo e importante entre los dos. Y es ahí donde hay que concentrar las energías para averiguar si tiene solución.

Si tu pareja te importa y quieres mantenerla, no estés pendiente de cómo mirarle sus sms en el  celular o su chat, sino de hacer que la relación valga la pena, que los problemas que se presenten sean factibles de solucionar, para que cualquier tentación que pueda aparecer en cualquier terreno, sea descartada.

Es mucho más efectivo hacer que una relación sea valiosa, que el control parcial y absolutamente limitado que puedas hacer en su privacidad. Eso no te va a sumar en conquistar y mantener a alguien. Sé inteligente: no restes. Haz que sea impensable esa opción, no des entrada a nadie más para justificar un problema; busca donde está la falla entre ustedes y soluciónala.
 
A veces las personas sufrieron en el pasado algún engaño o fueron dejadas por otros y se vuelven desconfiadas en su siguiente relación y apelan a estos controles. Es un error generalizar... si alguien en el pasado te engañó, no significa que te vaya a pasar nuevamente con otra persona.  En todo caso, trata de ver qué pasaba en la pareja en ese momento para que haya sucedido este hecho y no lo repitas: "mujer prevenida vale por dos". Lo mismo corre para el género masculino.

No extrapoles los problemas pasados al presente; si ya entras con desconfianza en una relación, no vas por buen camino. Es mejor hablar en forma franca y no andar jugando “juegos del gato y el ratón”. No quedas bien tú y genera malestar en ambos.

Piénsalo al revés: ¿cómo te sentirías si fuera tu pareja que está husmeando en tus cosas todo el tiempo? Seguramente la imagen que tendrías de él, sería muy mala... nadie se ve bien haciendo eso. Lo verías como a una persona insegura, débil, desconfiada, que recurre a medidas ilícitas para buscar la explicación a los problemas.

Te sentirías perseguida y te daría mucha rabia. En definitiva, nada positivo. Así te verá él a ti, si te descubre espiándole sus cosas.

Si imaginamos por un momento la situación contraria: ante un problema que tienen en la pareja, él viene con un planteo directo, sincero y honesto, para buscar el por qué del problema y la solución. Lo verás desde una perspectiva muy distinta, como alguien que vale la pena, que encara sus problemas sin echar la culpa a otros y que se hace cargo de su parte. Entonces, haz lo mismo: no cedas a la tentación de estar espiando tu pareja... cambia ésto por un planteo sincero entre ambos. Las relaciones tienen que estar basadas en la confianza y la honestidad.

Si no puedes confiar, entonces tendrás que ver si es un problema tuyo o específico de esa pareja que no te inspira confianza. Si es tuyo, resuélvelo para que no se repita y perjudique tus relaciones. Si es de tu pareja (porque lo ves declaradamente, como un picaflor), entonces tienes dos opciones: o lo aceptas como es, o lo dejas definitivamente. Pero no es una opción estar atrás controlando y espiando, porque no sirve de nada. Es una pérdida de tiempo y energía, que no trae ningún beneficio.

Las parejas que se relacionan sanamente, no revisan los mensajes ni correos del otro: optan por la actitud de confiar en sí mismos y en su pareja. Si en algún momento hay actitudes dudosas, se hablan en el momento pero no recurren al espionaje. Si estás en esta actitud de espía de tu pareja, piensa sobre todos estos puntos y da un viraje a la situación.

Y si no estás a gusto con algo de tu pareja, entonces dilo directamente sin rodeos, pero no cedas a transformarte en su detective. Cuando entras en esa actitud, es una historia sin fin, porque si no encuentras nada, aún así estarás pensando que en algún momento algo va a suceder. 

Y nadie quiere al lado alguien así: tarde o temprano tu pareja o tú, se cansarán de vivir de esta forma e irán ahora sí por otra persona, que confíe en ellos... porque ya ustedes no están del mismo lado, sino enfrentados. Y eso no hace a un buen equipo.

Cambia a actitudes más asertivas, que te hagan sentir bien contigo misma por tu forma de proceder. Que tus actitudes sean dignas, que siempre puedas enorgullecerte de ellas, que te hagan valiosa para ti misma y a los ojos de los demás.

Nadie te asegura nada, pero si tú muestras que vales, seguramente tu pareja también lo verá así y cualquier otro tipo de tentación o situaciones que se presenten, perderán peso a tu lado. Es la mejor forma de vivir una relación sana.


Ps. Silvia Cardozo

ensil@adinet.com.uy
Terapeuta Cognitivo-Conductual
Técnico en Sexología Clínica
Integrante, Coordinadora y Docente de Suatec (Soc. Uruguaya de Análisis y Terapia del Comportamiento)
Teléfono del consultorio: 2 707 90 27

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Comentarios (4)

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Comuna Mujer 03-05-2012

Qué bueno, Sandra! Nos encanta saberlo. Un beso grande y gracias por comentar.

sandra 03-05-2012

Excelente nota. Nunca me sentí tan indentificada con algo. Voy a poner en practica los consejos.

Comuna Mujer 01-05-2012

Muchas gracias Enrique, por tus palabras. También nos gusta saber que ustedes forman parte de Comuna y que leen las notas. Te mandamos muchos saludos y te agradecemos que nos acompañes.

Enrique 01-05-2012

Muy buen artículo, como los que siempre escribe esta Psicóloga.

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