La insatisfacción sexual afecta cerca del 42 por ciento de las mujeres. Una de las principales razones, es la dificultad para llegar al orgasmo, la falta de conocimiento de su propio cuerpo y el de su forma de reaccionar y la dificultad de comunicárselo a su partenaire. Si éste es hombre, a veces ayuda a su insatisfacción la eyaculación precoz, el evitar los juegos eróticos previos, imprescindibles para que la mujer llegue al orgasmo.
Es muy frecuente sentir que una mujer se queje porque las manos de su compañero “no recorren con soltura su cuerpo” y a su decir, eso la lleva a una insatisfacción sexual que incluso a veces arrastra durante años. Pero lo curioso, es que aún cambiando de compañero, se mantiene la misma situación.
Entonces, la pregunta es: ¿la insatisfacción sexual femenina depende solo del varón? Pues no.
Cada mujer es responsable de su propio orgasmo. Para ello es necesario que conozca su cuerpo, sus lugares de goce, donde le gusta más ser estimulada. Debe romper con muchas barreras que pueden venir con prejuicios de la propia educación, de lo dicho y de lo no dicho. Y por supuesto, luego viene la etapa de la comunicación: hay que estar preparada, abierta y pronta para comunicarle esto a la propia pareja, qué es lo que gusta y qué es lo que no gusta a la hora de ser estimulada.
No hay muchas mujeres que encaren directamente a su esposo o compañero y le digan por ejemplo: "Estoy instisfecha sexualmente... hay caricias que tú me haces que no me agradan totalmente, a lo mejor no te gusta tampoco como yo te acaricio a ti. ¿Qué te parece si cambiamos la forma de hacer el amor? Yo necesito más estimulación, más juegos sexuales."
Por ejemplo, esta sería una manera de encarar la situación, porque no olvidemos que también con razón los varones suelen quejarse a su vez, de la falta de respuesta de sus mujeres. Ya sea porque nunca tienen ganas de tener relaciones sexuales, o cuando las tienen muchas no llegan al orgasmo o porque no tienen orgasmos simultáneos (cosa que muchas veces sólo sucede en las películas de Hollywood), o porque dicen que son frías o insaciables. Algo de cierto y algo de mito hay en todas estas aseveraciones y es tanto el peso de la educación que carga la mujer sobre sus hombros del no placer, que cuando empiezan a excitarse, comienzan a sentirse incapaces de saborear, de degustar esa sensación. Y es típico que suceda que alejen a sus compañeros u esposos, con actitudes de rechazo.
Sufrir el sexo más que gozarlo, es una de las particularidades más comunes en algunas mujeres.
Brevemente, definiremos las disfunciones sexuales femeninas más comunes. Cuando hablamos de disfunciones sexuales, nos referimos a dificultades sexuales; todas las que mencionamos, son muy frecuentes. Están dentro del 42% que produce insatisfacción sexual femenina y mediante un breve tratamiento se pueden solucionar.
- Ausencia del deseo sexual: se refiere a aquellas mujeres que no experimentan sensaciones sexuales y no fantasean, tienen un bloqueo sobre la sexualidad que no permiten que se exciten. En estos casos, el mecanismo de represión se ha instaurado muy fuerte.
- Anorgasmia: es la dificultad para llegar al orgasmo. De esto hemos estado hablando; se excitan pero no llegan al orgasmo, es toda una cuestión de aprendizaje.
- Dispareunia: en este caso se produce dolor durante el acto sexual.
- Vaginismo: contractura de la vagina de tal forma, que se hace imposible la penetración.
- Fobia Sexual: miedo al acto sexual por distintas razones.
Tenemos que partir de la base que el cuerpo del varón y el cuerpo femenino, son literalmente distintos. Y sobre todo el femenino, tiene algo de distinto, que al decir de la cantante Roxana: “no se puede descifrar” y es así, que al hombre le cuesta tomarse trabajo conocer el cuerpo femenino; con sus recovecos, sus vueltas, sus escondites, sus zonas erógenas. Por eso, ellos también adscriben en parte a la idea, que la sexualidad femenina es una especie de misterio.
Pero el poder hablar, hoy en este Siglo XXI de insatisfacción femenina, hace a la mujer mucho más libre, más escuchada, porque puede registrar que algo no le está ocurriendo, que algo le falta y está luchando por ello.
Lo peor fue lo que ocurrió hasta ahora, generaciones y generaciones de mujeres cuyos cuerpos estaban enajenados y a nadie le importaba si sentían deseos, orgasmos, o lo que fuere.
¿Qué se hace entonces?
Y hay que empezar por hablar con los hombres. Sabemos que cuesta. Pero el primero tiene que ser la pareja. Él tiene que enterarse de lo que les está pasando, porque no debe seguir sucediendo; según lo que veo en la clínica, el hombre es el último en enterarse de lo que la mujer está padeciendo sexualmente.
Si de algo tenemos que estar seguros y seguras es de que los/las buenos/as amantes no se caracterizan por sus cualidades físicas ni por su resistencia física, etc.; sino por conocer y comprender su propio cuerpo y el de su pareja.
A la hora de hacer el amor, de tener relaciones sexuales, de más está decir que las competencias físicas las podríamos dejar para el gimnasio; acá lo que cuentan son las caricias, los besos, que ambos se entreguen mutuamente condimentado con el tiempo: un aderezo imprescindible para un óptimo resultado.
Todo nuestro cuerpo, desde el pelo hasta la punta de los pies, es una gran zona erógena; por lo tanto, tratemos de descubrir zonas erógenas en nuestra pareja que no necesariamente tienen que ser los genitales.
Las zonas erógenas por excelencia (o sea primarias) en la mujer, es, fundamentalmente el clítoris y en el hombre, el pene y los testículos. En estos puntos la sensibilidad es extrema y por eso, las caricias deben ser sumamente delicadas y siempre con la conformidad del que las recibe.
Otro puntos de gran sensibilidad en ambos sexos son el cuello, los labios, las orejas, la cara interna de los muslos, el pecho y los pezones.
Las manos tienen un poder mágico, ya que sutilmente y en silencio pueden transmitir mensajes apasionados y cargados de deseo y erotismo.
Ya sean varones como mujeres que han aprendido y manejan el arte de la caricia, de las manos suavemente, pueden conseguir “enloquecer” a sus parejas con unos cuantos toques bien aplicados con sentimiento, dulzura, pasión... con la cadencia adecuada, en el lugar estratégico.
Estamos seguras que este es uno de los caminos que, ayudados con el tiempo y la comunicación, dejará atrás muchas mujeres y ¿por qué no?, hombres insatisfechos.
Psicóloga y Sexóloga Gabriela Michoelsson
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Comuna Mujer 29-02-2016
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