Si usted es una persona que corta las etiquetas de la ropa para que no se sepa cuánto gastó... o dice que gastó más o menos... o quizás oculta información con respecto a bienes e inversiones, entonces usted es una persona infiel financieramente.
Son señales a tener en cuenta, que hasta pueden desembocar en problemas graves con la pareja, llegando inclusive al divorcio.
Comencemos aclarando el concepto de infidelidad.
¿Qué significa infidelidad? Infidelidad es lo opuesto a fidelidad. La fidelidad está asociada con la lealtad, con el cumplimiento de una promesa o compromiso; independientemente de que las condiciones cambien.
Cuando una pareja se enamora y decide compartir la vida, tiene que tener en cuenta muchas variables: dónde van a vivir, qué estilo de vida llevarán y sin lugar a dudas también, es crucial la variable económica.
Por eso es importante que discutan el tema financiero del hogar. Resulta extraño el pudor que despierta hablar de esto... como si se amara menos al plantear este tema en el terreno del amor; cuando en realidad todos sabemos que el dinero es parte de la vida diaria.
En una época no tan lejana, se acostumbraba a que trabajara el marido y la mujer administrara el dinero de la casa. En algunas situaciones la mujer administraba la totalidad; en otras, una parte. A veces el dinero se entregaba o se entrega “en cuenta gotas”, como una forma de dominación. Quien tiene el dinero, tiene el poder y "cree" que tiene más derechos.
Tengamos en cuenta que las mujeres, hoy por hoy, también salen a trabajar y pueden caer en ese falso abuso del poder que se genera a través del dinero... lo que las puede llevar a humillar al hombre.
Por otra parte, quienes son acusados de tacaños, alegan que lo hacen por amor... porque están preocupados por el futuro y ahorran para sí mismos.
Los derrochadores, a su vez, dicen que gastan en regalos como una forma de demostrar amor. Uno de los problemas de ser infiel financieramente hablando, es el hecho de faltar a la verdad, lo cual implica estar muy atento para no quedar en evidencia de que se ha mentido. Esto provoca que muchas veces se tenga que inventar otra mentira, para tapar una mentira inicial... y así abrimos la puerta al engaño.
Quien descubre que se le ha mentido, se siente frustrado, traicionado y suele preguntarse desde cuándo y en qué otro aspecto se la ha mentido.
¿De qué manera podemos trabajar con esta situación de pareja? Mostrándole que se ha perdido el diálogo y que sería bueno volver a tenerlo, blanqueando la situación. Y esto por varios motivos. Uno de ellos, es volver a ganar la confianza del cónyuge; otro, es descubrir dónde se está “parado”, o sea, saber con cuánto se cuenta económicamente hablando. Este aspecto resulta muy importante para que, si alguna vez alguno de los dos llegase a faltar, el otro integrante de la pareja pueda manejar las finanzas con autonomía.
Por ejemplo: si están pensando en pedir un préstamo, seguramente se tome en cuenta el sueldo de ambos miembros de la familia; pero si alguno de ellos no contó que estaba endeudado, entonces allí “saltaría” la irregularidad y es probable que este préstamo no les sea otorgado. No es necesario que se entere por terceros: es mejor asumir la responsabilidad de los actos y blanquear cuanto antes la situación.
Muchas veces, también se descubre que la persona ha efectuado gastos de manera irresponsable, con lo que podemos concluir, en algunos casos, que detrás de esos gastos hay una patología como podría ser la de comprar compulsivamente... o una ludopatía (adicción al juego).
También puede ser que la persona sufra de un trastorno bipolar y en su estado maníaco, haya realizado gastos exagerados; por lo cual se aconseja la consulta con un especialista en salud mental, lo antes posible.
Existen además aquellos gastos que a veces se consideran “inocuos”, como un par de zapatos nuevos. Sin embargo y a la larga, esta pequeña mentira puede traer consigo otro problema ya mencionado: “abrir la puerta” a más mentiras e incluso, pueda terminar afectando las finanzas comunes, porque se haya retirado ese dinero del presupuesto que se tenía reservado para mantener la casa.
En otras oportunidades, la persona vive en un ambiente tan restringido y controlado, que se siente atrapado/a y la única solución que encuentra, es mentir para poder realizar lo que quiere. Hasta podría utilizar este mecanismo, para ahorrar en función de una posible separación.
Última moda en finanzas: tres cuentasDado que los motivos de consulta aumentaron por este problema, podemos concluir que lo mejor es abrir la puerta al diálogo.
Busque el momento indicado para plantear el tema, no lo “lance” en medio de una discusión y cuéntele a su pareja si ha hecho un gasto extra o algo similar.
Hagan juntos, mes a mes, un estimativo de los gastos de la casa como ser: alquiler, luz, escuela (si hay hijos), tarjeta, gastos inesperados y habiliten una cuenta bancaria exclusiva para esos gastos.
Seguramente quien gane más, aportará más dinero a la misma. Si bien son una pareja, es muy importante respetar la individualidad de cada uno de sus integrantes. Por eso es recomendable que tengan cuentas separadas, ya sea porque usted desea ahorrar o porque quiera darse un gusto con su dinero, sin afectar la economía del hogar.
Es saludable buscar ayuda para resolver estos problemas cuanto antes y así, poder salir adelante con su pareja o matrimonio. Esto potenciará la confianza y en definitiva, mejorará la calidad de vida de toda la familia.
Viviana VaisenbergTerapeuta Cognitiva Comportamental
Consultorio: 2.710.25.01
Web:
www.terapiaonline.com.uy