La luz de mis ojos; maquillaje.

Los ojos son para la expresión, como la luz para el día: no hay nada tan dulce, tan frío o tan duro, como una mirada... con ella decimos muchas cosas.

En el maquillaje, el trabajo de ojos es el más complicado, ya que cada persona tiene características propias de tamaño, color, asimetrías, pliegues, etc.

Por eso, el maquillaje es un desafío permanente para los maquilladores: no importa cuántos años de profesión se tengan... esto es un arte y como tal, las circunstancias van cambiando y hay que adecuarse a ello.

La industria cosmética avanza a pasos agigantados; por lo tanto, la química de los productos va cambiando constantemente y la moda, nos conduce de alguna manera. Pero tenemos que adaptarlo a nuestras posibilidades y conformación del ojo.

Si tenemos ojos con pliegues, no podemos utilizar productos con brillos, porque cada pliegue se potencia y se nota aún más. En ese caso, es ideal que las sombras que usemos, sean mate (sin brillo).
 
El ojo puede estar trabajado en un color solo y haber utilizado máscara de pestañas. Pero lo ideal, es que tenga un marco (delineado o sombreado), para darle una estructura. Para eso, el lápiz, una sombra o el delineador líquido, son de mucha ayuda. Lo más natural y de mejor fijación, es trabajar el lápiz y luego, acuarelar una sombra con agua y delinear con pincel.

No olviden que una buena mirada, dice más que mil palabras.
 
¡Nos vemos la próxima!

Patricia Romagnoli
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