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La vigorexia, obsesión por el ejercicio físico

La vigorexia, obsesión por el ejercicio físico

La vigorexia es un trastorno mental, caracterizado por la preocupación obsesiva por la musculatura.

Quienes lo padecen, poseen una musculatura excesivamente desarrollada y desproporcionada y, aún así, continúan viéndose a sí mismos como personas debiluchas y enclenques.

¿Qué es la vigorexia?

Es un trastorno emocional, donde las características físicas se perciben de forma distorsionada y puede tener graves consecuencias para el organismo.

La imagen que perciben de sí mismos las personas que padecen vigorexia, es de debilidad y de falta de tonicidad muscular. Este desorden psíquico, asocia belleza con aumento de musculatura y con una gran tonicidad.

La vigorexia es consecuencia de una excesiva práctica del deporte, que se realiza con el fin de alcanzar la belleza física. Es el culto al cuerpo a través del ejercicio físico, provocado por una obsesiva preocupación por el aspecto corporal.

Es importante no confundir vigorexia con la práctica habitual de ejercicio físico, ya que el deporte nos proporciona muchos beneficios físicos y mentales, y nos aporta innumerables ventajas a nuestra salud y calidad de vida.

En casos extremos se puede desencadenar en trastornos alimenticios, llegando a padecer anorexia o bulimia.

Obsesión y vigorexia

La obsesión por un cuerpo perfecto les lleva a modificar la alimentación, tomando alimentos ricos en proteínas e hidratos de carbono. Eliminan muchos alimentos básicos como las frutas y vegetales. En muchos casos, también consumen anabolizantes o esteroides para favorecer la hipermusculación, lo que provoca importantes trastornos metabólicos.

Este exceso de musculatura, da lugar a un cuerpo desproporcionado y anormalmente musculoso; alcanzando una masa muscular que no guarda relación con su talla ni contextura, produciéndose una deformación corporal.

Por más entrenamiento que realicen y a pesar de tener una musculatura muy desarrollada, siguen viéndose débiles y enclenques. Su obsesión les lleva a pasar muchas horas en el gimnasio, produciendo el aislamiento social.

Características de las personas con vigorexia

• Suelen ser hombres con edades entre 18 y 35 años, obsesionados por conseguir un cuerpo musculoso.
• Autoimagen distorsionada. A pesar de lograr un cuerpo musculoso, su visión está tan distorsionada que continúan viéndose flacos, consideran que necesitan seguir desarrollando la musculatura, lo que les induce a realizar ejercicio físico y pesas de manera compulsiva.
• Normalmente, van al gimnasio donde entrenan entre tres y cuatro horas diarias. Esta excesiva dedicación al deporte les quita tiempo del resto de sus ocupaciones cotidianas, viéndose afectados: estudios, profesión, familia, amigos, etc.
• Están obsesionados con la báscula y se miran constantemente en el espejo, pero nunca están satisfechos con su cuerpo. Rechazan o no aceptan su imagen corporal.
• Son personas con una baja autoestima. Condicionan con frecuencia su autoestima a los resultados que el deporte produce en ellos. A mayor musculatura, mayor seguridad. Aunque al tener una imagen tan distorsionada de su cuerpo, nunca llegan a sentirse satisfechos, lo que les hace sentirse fracasados en su intento de verse mejor.
• Poseen una gran tendencia a la automedicación. Suelen ingerir anabolizantes para mejorar el rendimiento físico e incrementar el volumen de sus músculos. Estas sustancias pueden provocar efectos adversos: crecimiento de las glándulas mamarias, acné, caída del cabello, problemas de impotencia masculina, depresión, irritabilidad, euforia, y en casos extremos, problemas de corazón y de hígado.

Tratamiento

Su tratamiento es similar al de la anorexia o bulimia. La diferencia radica en que mientras con la anorexia o bulimia se desarrolla la enfermedad por querer adelgazar, en este caso se produce por querer tener un cuerpo más musculoso.

Al ser un trastorno nuevo sobre el que todavía apenas se ha investigado, es prácticamente imposible detectarlo a tiempo, pues hay un absoluto desconocimiento sobre el mismo. No obstante y a pesar de la dificultad que ello entraña, el mejor tratamiento es la prevención.

El tratamiento es de tipo psicológico y está encaminado a modificar la conducta de las personas afectadas por este trastorno emocional. Es fundamental recuperar la autoestima y que cada persona se acepte, tal y como es, con su cuerpo y mente en equilibrio.

Su entorno afectivo cumple una función esencial para su recuperación. Es muy positivo que le apoyen y le motiven para que trate de disminuir su rutina de ejercicios diaria y para que pierda el entusiasmo por esa actividad deportiva. Es muy positivo también despertarle el interés por otras actividades.

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