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Las Fiestas

Las Fiestas

Se acercan las Fiestas: graduaciones, Navidad, Hanukah, Fin de Año... y con ellas, el enorme peso social de sentirse felices (incluso jóvenes y bellos). Al menos esa es mi mirada cuando me enfrento diariamente a las publicidades en las que toda la familia se encuentra unida, rebosante de alegría... tomando y comiendo.

Si usted es de los que aman las Fiestas, tal vez esta nota no le resulte útil... el resto: ¡a poner atención! Aquí van algunos consejos para “atravesar” las Fiestas, de la mejor manera posible.

Tenga cuidado con el exceso de comida. Muchas veces las personas tratan de tapar la angustia comiendo: si come en exceso, además de sentirse mal, le dará la oportunidad para autoculparse por haber sido “tan tonto y haber comido tanto”. En primer lugar, deje de autoculparse; no utilice este aspecto para continuar flagelándose. Trate de no comer en exceso y si lo hizo, cuídese la próxima vez y listo.

Tenga cuidado con el exceso de alcohol. Seguramente el alcohol exacerbará su estado; o sea, que si toma porque está deprimido, lo estará aún más. Por otra parte y si bien al principio el alcohol puede dejar salir a la persona “divertida”, puede también volverla violenta. Agreguemos a esto, lo peligroso que es manejar en estado etílico.

Las Fiestas generalmente son instancias que pueden generar enojo, malestar y tristeza, en tanto caemos en la cuenta que alguien muy cercano ya no está más. Recuerde que la tristeza y la alegría pueden coexistir al mismo tiempo.

- Hable con soltura de quien ya no está; llore si lo desea o no lo haga. Hay personas a las que les cuesta mucho llorar, entonces esa sensación de tristeza, ese dolor se siente en el cuerpo, en el estómago, en la garganta, y provoca contracturas y un intenso dolor en el alma. 

- Para los que viven un duelo, siéntanse en libertad de hablar de quien se fue, y si algo les da risa, ya sea un acontecimiento que recordó o algo gracioso que sucedió en la mesa, rían tranquilos... ¡ríanse con ganas!

Se puede reír y estar triste al mismo tiempo, y ese será un gran homenaje a quien ya no está.

Las Fiestas pueden ser muy movilizantes en todo sentido.

- Para quienes desean apoyar al doliente; déjenlo hablar. No den consejos... solo “pongan la oreja” o el hombro. Son heridas que la vida va dejando y que cicatrizan como pueden. No obliguen al doliente a estar feliz. No se sientan en la obligación de levantarle el ánimo, pero sí estén junto a él. Traten de acompañarlo, rodearlo de afectos.

- Frente a quienes no están transitando un duelo, pero carecen de  familia o la misma está ausente, invítenlos a compartir su mesa. Será reconfortante para todos.

- Deje de ver lo que no  logró y vea lo que sí logró. Sea agradecido. Si usted es de los que dicen que no logró nada, que su año no fue bueno, pero se encuentra rodeado de sus afectos, sin importar la cantidad de personas, ahí ya tiene algo bueno para considerar y valorar.

La vida hay que vivirla, crearla, sentirla, disfrutarla y esto se hace con una actitud positiva.

¡Felices Fiestas para todos y un muy buen año, pleno de Paz, Salud y Alegría!


Viviana Vaisenberg
Terapeuta del Comportamiento
Consultorio: 2710.25.01
Página Web: www.hacerterapiaonline.com

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