Navidad, felicidad, depresión y duelos
Se aproximan la Navidad y el Fin de Año. Los medios nos muestran alegría, fiestas, juventud, familias unidas... comienza un “deber” ser feliz.
Sin lugar a dudas, para muchos es una época de felicidad, de compras, reuniones, y para otros, es un período triste que esperan que pase pronto. ¿Por qué es esto? Porque se reactivan duelos: algunos recientes y otros, de larga data, pero que se sienten como si hubieran sido ayer. Otra vez el enojo, la bronca, la ganas de despertarse de ese mal sueño... pero eso no pasa, no es un sueño.
Las pérdidas provocan mucho dolor y nos tocan a todos... por eso podemos tener la capacidad de entender a quienes las sufren. A veces nos toca transitar un duelo y otras veces, acompañar.
Es una época de evaluación y en esta época de crisis mundial, muchos han sufrido cambios en su economía, han cambiado incluso su posición social. Lo que perdieron, si es material, puede recuperarse o tal vez no; pero sí se pueda aprender a vivir con lo que se tiene, valorando aún más lo que hay.
Divorcios, separaciones, muerte de un familiar, son causantes de un dolor emocional muy grande, provocando mucho estrés. También sufren quienes han perdido a una mascota, que era su gran compañía. Para algunos la muerte de un hijo, es un duelo que dura toda la vida.
Presten atención a esos seres queridos (familiares o amigos), que puedan estar pasando por esa situación, ya que si bien es normal tener un estado de ánimo triste, hay que estar atentos, para no dejar que se encierren... que abran las cortinas, que entre luz, que puedan ser escuchados, que tengan con quien hablar. Déjalos llorar o callar... o no sé. No des consejos. Sí intenta que no estén solos en las Fiestas.
¿Cómo saber si el duelo que se está transitando es sano? Cuando se puede recordar a quien no está, ya sea porque falleció o porque se terminó una relación, sin idealizarlo, ni odiarlo. Un duelo es sano cuando se recuerda lo bueno y lo malo.
A veces me cuentan que no hay nada malo para recordar... puede ser como en el caso de la muerte de un hijo... ahí podrás honrar su memoria, como te lo contaré más adelante.
Donde algo malo haya pasado; por ejemplo, si tu pareja te engañaba o maltrataba y te separaste, te aseguro que a la nueva pareja que tenga, la tratará igual que te trató a ti. Recuerda que esta separación ha sido buena para ti. De esta historia puedes aprender, para no repetirla y transformar tu dolor en crecimiento.
Para los que han sufrido una pérdida de un cónyuge, un hijo, hermano, padre, madre o abuelos… permítanse hablar de ellos: está bien que se emocionen y es lógico que deseen que estuviera con ustedes. Pero miren a su alrededor: van a encontrar algún amigo o familiar que esté contento de que ustedes hoy estén en este mundo.
Si amaste a esta persona, piensa ¿cuál sería la mejor forma de honrarla? Siendo feliz. Imagínate qué es lo que te diría y seguro que te diría que vivas, que rías. Reír, no es olvidar.
Regálales una carta, escribe lo que sientes por su ausencia y diles lo que te faltó decir y cuánto le extrañas. Puedes, como dije, reír, brindar.
Sé que no tienes ganas de salir, pero si te encierras te sentirás peor. En una mesa donde haya alegría, podrás contar algo lindo de esa persona que se fue. Anímate.
Recordar a los hijos que no están y preguntarse ¿por qué?, es una pregunta sin respuesta. No tengo respuestas para esto: atesora lo que viviste con tu hijo/a. Busca también actividades que te hagan sentir útil, ayudar a otros papás, a otros chicos... no es sólo por ellos, es también por ti. Tu vida jamás volverá a ser igual, hay un antes y un después. Ese después, es AHORA y está en tus manos: tú eliges tu estado de ánimo.
Algunas personas transitan lo que llamamos el autoduelo, ya que tienen una enfermedad y saben que pronto no estarán en este mundo. Lo mejor de saber que uno se va ir, es dar rienda suelta para poder disfrutar las Fiestas y rodearse de gente que quieres. Aprovecha lo que queda, tú sabes que te queda poco... el resto de nosotros, también sabemos que nos vamos a ir.
Si sientes que tienes que recurrir a un profesional, psicólogo o psiquiatra, házlo.
Un consejo muy importante: no se refugien en el alcohol... no intenten ahogar las penas en el alcohol, ya que éstas saben nadar.
Enfrenta la vida. No te culpes con el "y si…", no eres vidente. No sabías qué iba pasar y adentro tuyo, sabes que no lo podías evitar.
Lo que ves en la TV, no cierto. Todas las familias tienen sus problemas y si bien algunos son creyentes, hay un gran lado comercial. ¿Por qué no sumarse y regalarse algo? ¿O regalar a otros? ¿Reencontrarse con gente que uno quiere? Busca algo que te mantenga entretenido... mantén rutinas, ya que el tiempo libre sólo hará que te enfrasques en pensamientos negativos.
En esta Navidad, Fin de Año, intenta cambiar esos pensamientos negativos (seguramente muchos de ellos ciertos)… y mira a tu alrededor, disfruta y agradece lo que tienes.