Estableciendo rituales y rutinas. Tener una rutina y horarios, te ayudará a pasar tiempo de calidad con la familia, aunque todo lo que hagan sea desayunar y cenar juntos. Estos momentos, aunque son cortos, pueden ser importantes para que hablen de lo que está pasando o de lo que ha pasado en el día.
Tener un horario establecido, también puede ayudarte a sentirte menos frustrada, ya que tu(s) hijo(s) sabrá(n) lo que se espera que haga(n). Por las mañanas, sabrán qué deben hacer sin que tengas que rezongarlos constantemente: desde hacer la cama, hasta lavarse los dientes y colocar sus almuerzos en las mochilas. Por las noches, habrá menos discusiones sobre hacer los deberes, mirar la televisión e ir a la cama.