Hace años, hice un “reclamo” que hoy reitero. Sé que vivimos en un mundo acelerado y con serias dificultades para disfrutar del presente. Es loco porque todo parece indicar que estamos aprendiendo como país a gozar de lo simple y del famoso y mal entendido “aquí y ahora”; pero inevitablemente estamos más conectados con el futuro, que con la posibilidad de disfrutar lo que nos toca vivir hoy día.
Hoy cuando voy a un mall o entro a un supermercado, todo está adornado con Navidad, y mi pregunta es: "¿dónde queda noviembre?" Realmente es un mes que no existe, que lo matamos y que literalmente no podemos vivir en plenitud, porque todo nos conecta con una fecha que incluso a lo mejor, no quiero vivir... pero todo parece “obligarme” a hacerlo.
¿Para qué me apuran a vivir algo si tengo treinta días para disfrutar de este mes maravilloso, tranquilo donde todavía no hay fiestas de graduaciones, no hay licenciaturas, ni fiestas de fin año en las empresas? Noviembre es un mes maravilloso para reflexionar, disfrutar de su clima privilegiado (ya que las temperaturas altas todavía no comienzan) y poder conversar hasta tarde al aire libre, entre otras cosas.
No me apuren por favor... quiero y queremos muchos, vivir la vida paso a paso, con la mayor tranquilidad que la voluntad pueda ejercer. No quiero pasar Navidad y que ya me hagan sentir que se acabó el verano y tengo que ver uniformes por todos lados, ahí teniendo la sensación que ya se fue el calorcito rico y pasaron dos meses en el tiempo de “nada”.
Sé que a muchos les gusta planificarse y hacer lo que hoy se llama “hacer las cosas con tiempo” y me parece maravilloso. Incluso tengo que reconocer, que yo debiera aprender de esa realidad. Pero, ¿por qué asesinar literalmente un mes entero, donde nadie habla de él... unos porque ya están planificando el verano, otros porque ya hablan de Navidad y otros, porque se enfrentan a las enormes presiones que el mes de diciembre les trae?
Dentro de lo razonable, la vida trae el ritmo que uno le quiera dar, de acuerdo a la planificación que uno establezca. ¿Para qué vivir tan rápido, si con la fragilidad que nos ha demostrado este año que tiene la vida, en realidad lo único que tenemos es la vivencia del presente, como el único regalo posible de disfrutar?
Tratemos de hacer consciente que noviembre existe, que llegó, que está para ser disfrutado y gozado y no saltado dentro de nuestras cabezas; porque probablemente nos estamos perdiendo muchas cosas hermosas para disfrutar, muchas vivencias para experimentar y muchas posibilidades de amar.
Pilar Sordowww.pilarsordo.cl