En este artículo, quiero dejar en claro lo importante que es el pensar antes de plantar. Si se van a plantar unos
florales de estación que durarán un tiempo limitado, el NO pensar no es grave; pero cuando se trata de un
árbol que demora decenas de
años en crecer, el No pensar es más complicado.
Es así como a diario, me encuentro con árboles hermosos y respetables por su edad, encimados a las edificaciones u a otros árboles. En ciertos casos, representan un peligro para las personas... en otros casos, dañan cimientos o veredas; y a veces, proyectan la sombra hacia lugares no deseados, ya sean piscinas, árboles frutales y demás espacios.
Pienso en los árboles nobles como los Cedros, las Araucarias y en árboles grandes, como los Palo Borracho u Oreja de Negro.
Por otro lado, da mucha pena el tener que cortar estos árboles ya crecidos; por lo tanto, la conclusión de este artículo, es que hay que pensar antes de plantar.
Se debe pensar en el tamaño de adulto del árbol, la forma de crecimiento de sus raíces y copa, si es de follaje caduco, tardíamente caduco o persistente, si florece y qué frutos da... todo esto, para anticipar posibles problemas en el futuro.