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Placeres sensoriales y la comunicación sexual en la pareja

Placeres sensoriales y la comunicación sexual en la pareja

Cuando las parejas traen a consulta problemas en la relación sexual, ya sea por falta de deseo o alguna disfunción asociada a la ansiedad, hay algunas técnicas que pueden ayudar a mejorar este tipo de problemas. 

En la gran mayoría de las disfunciones sexuales, se emplean técnicas específicas para cada disfunción, pero hay otras que son generales, que sirven para varias disfunciones y también para personas sin disfunciones, pero que quieren mejorar su sexualidad.

Una de las más aplicadas en consulta, es la técnica de “Placereados” o “Focalización Sensorial”, implementada por Master y Johnson. Estas técnicas, permiten que las personas que tienen dificultades de comunicación en la pareja o que no conocen su sexualidad más allá de la parte genital, puedan ampliar sus conocimientos. Pueden conocer sus zonas erógenas secundarias, dar placer y conocer más acerca de su propia sexualidad. También sirven para aumentar el deseo y para bajar la ansiedad, cuando hay disfunciones tales como impotencia o frigidez, entre otras.

¿En qué consiste?

La “Focalización Sensorial” o "Placereado", consiste en que la pareja se vaya a la cama desnudos, descansados física y emocionalmente, y elijan quién va a comenzar primero con el ejercicio. Tienen que saber de antemano que van a tener una forma de comunicación sexual, que no va a implicar ni coito ni orgasmo. Quien sea el elegido, acaricia al otro sin tocar las zonas erógenas primarias; o sea, no puede incluir genitales en el hombre, ni tocar el área genital ni mamas en la mujer. Va a acariciar a su pareja en el resto del cuerpo y cara, primero de espaldas y luego de frente, lentamente sin obviar ninguna otra parte del cuerpo. Puede ser con las manos o usar cualquier elemento que pueda generar placer: gel, cremas, una pluma, seda, etc.

Quien sea el receptor de las caricias, le va a ir indicando a su pareja lo que le gusta, en qué intensidad y frecuencia. Esto favorece que se vayan descubriendo las zonas erógenas secundarias, que muchas veces no se tienen en cuenta en el acto sexual, por ir directo a las primarias. 

Cuando la persona considera que ya fue suficiente, se invierten los roles. Quien era acariciado pasa a ser el que acaricia al otro de la misma forma, y el otro le va indicando lo que le gusta y de qué manera le gusta.

Tiene que crearse un marco adecuado para este ejercicio, ya que tienen que estar solos y tranquilos. Así se aumenta mucho la comunicación sexual en las parejas, ya que muchas veces no se animan a hablar de estos temas. 

Cuando lo consideren suficiente, deben dejar el ejercicio. Este primer día no está permitido (y eso se aclara de antemano) tener penetración ni orgasmo. Es un ejercicio que aumenta el deseo y el conocimiento e intimidad en ambos miembros de la pareja. Así que una vez terminado el ejercicio, sería el momento adecuado para hablar sobre lo que sintieron y si les gustó o qué les generó.

También es un ejercicio que baja la ansiedad, ya que la única consigna es la de sentir y explorar las zonas erógenas secundarias, y descubrir esas áreas de placer. No hay ningún tipo de presión en cuando a tener que lograr una respuesta frente a estos ejercicios: el hombre no necesita tener una erección y la mujer no tiene que tener un orgasmo. El hecho de estar prohibido pasar a tener relaciones completas el primer día que se realiza esta técnica, hace que baje mucho la ansiedad de aquellas personas que tienen problemas sexuales relacionados a su desempeño. Se sienten con mayor libertad de sentir, sabiendo que no se espera nada de ellos.  

En general, cuando se realiza en el marco de una terapia sexual, se prepara antes a la pareja para este tipo de encuentro y se ve si en alguno de ellos hay alguna resistencia o alguna cognición al respecto, que le impida llevar a cabo este tipo de ejercicio. Una vez realizada la experiencia, se indagan los pensamientos que surgieron durante y después de ella, a fines de corregir si surgió alguna creencia disfuncional que esté repercutiendo en la sexualidad.

Luego de esta etapa, se ve si surgió algo que deba tratarse en particular , se discute el éxito o fracaso de este ejercicio, para poder avanzar a la segunda etapa.

Segunda etapa

El “Placereado 2" o "Focalización Sexual 2”, se comienza igual que el anterior, pero en este caso está permitido el incluir las zonas erógenas primarias, mamas y genitales. 

Tocar no es invitación inmediata al coito. La idea es alentar la comunicación verbal en la pareja y seguir aumentando la experiencia sensorial. El receptor puede participar con el dador de las caricias, por ejemplo llevándole la mano para indicarle cómo lo quiere o si le gusta determinada caricia, en qué zona, etc.

Luego de darse el tiempo suficiente de caricias entre ambos incluyendo las zonas erógenas primarias y secundarias (este tiempo debe ser evaluado por ambos), puede pasarse a la relación sexual completa con penetración y orgasmo, si así lo desean.

Esta es una de las técnicas más usadas en terapia sexual, ya que tiene varias indicaciones como mencionamos al principio. Es recomendable para todas las parejas, como ejercicios de conocimiento mutuo y aumento de la intimidad y deseo sexual, en la pareja.


Ps. Silvia Cardozo
Terapeuta Cognitivo Conductual
Docente del área “Disfunciones Sexuales” en Suatec  (Sociedad uruguaya de Análisis y Terapia del Comportamiento).
Email: ensil@adinet.com.uy

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