Inicio Contacto Suscribirse

Seguinos en:

Home / Calidad de Vida / ¿Por qué y para qué celebrar?

¿Por qué y para qué celebrar?

¿Por qué y para qué celebrar?
Cada vez es más frecuente ir a cumpleaños de niños, donde ya casi nadie lleva regalo y que las fiestas para celebrar, disminuyen a pasos agigantados dentro de las casas, para pasar a celebrar fuera de ellas.

Sería importante preguntarnos qué nos pasa con los ritos... porque pareciera que ya no tienen tanta importancia... pareciera que son algo conservador y antiguo, y que la modernidad implicaría relajarse de estos eventos.

Sin embargo, los ritos son parte de nuestra historia y desde la antigüedad se han usado para iniciar o terminar un ciclo... y a partir de ahí, es que se avanza a lo largo de la vida.

Los ritos, cualquiera que queramos mirar, son necesarios en la estructura mental, porque nos permiten hacer cierres internos: como son los ritos de la muerte, hacer evaluaciones como en los cumpleaños y generar cambios de sentido en la vida, en la medida que nos permitimos celebrar cada etapa de ella como parte de un ciclo interminable.

Podríamos nombrar muchos ritos y celebraciones, desde que nacemos hasta que partimos de este mundo... y todos ellos tienen el valor simbólico de ayudarnos a avanzar y a limpiar cada etapa de la vida. Por esto, es que es tan importante celebrar, juntarse, tener todo lindo y vernos hermosas: para abrir nuestro corazón al cambio y a la transformación.

Por eso siempre va a ser mejor, hacer la torta de cumpleaños para nuestros hijos en casa... aunque quede "chueca" y el dulce de leche manche literalmente toda la cocina. La torta de pastelería es hermosa, pero no genera recuerdo emocional: lo que lo genera es la imperfección, eso hecho solo desde el corazón y no desde la técnica perfecta.

Tenemos que celebrar: los cumpleaños, los nacimientos, los aniversarios y todo lo que inventemos para juntarnos, para decirnos que nos queremos, que nos necesitamos y que nada puede ser más importante en la vida que los afectos. Es por esto que los ritos son sanadores: porque nos conectan con el amor y con lo mejor que llevamos dentro.

Otro punto importante de estos ritos, es que son un homenaje a la voluntad, al esfuerzo y al trabajo realizado. Si yo puedo descansar y tener vacaciones en mi vida, es porque he trabajado duro... por lo tanto, si celebro un año más de vida o un aniversario (como es el caso de nuestra revista), es porque se ha trabajado fuerte para llegar a este lugar... y es justamente por esta razón, que se hace tan agradable juntarse, darse las gracias, abrazarse y reconocerse en ese camino.

Para eso hay que ponerse linda, comer rico y reírse mucho en el encuentro. Ahí se puede hacer un ritual de dejar atrás todo lo malo, para aprender de ello y colocar toda la energía en los nuevos sueños. Soñar y soñar alto con fuerza de voluntad y trabajo constante, parece ser la clave del éxito.

Así que los invito a celebrar la vida, al igual que cualquier momento que nos permita sentir que avanzamos y que cerramos de manera sana nuestros dolores. Esto nos ayudará a estar más plenos y preparados para las etapas posteriores, y así poder vivirlas con más fuerza: cerrar y abrir ciclos, es clave en el proceso de existir... y hacerlo con afectos y con evaluaciones, parece ser la clave de un buen vivir.

¡A celebrar se ha dicho!... a amarnos y a evaluar la vida: todo esto, siempre hace bien.


Pilar Sordo

www.pilarsordo.cl

Y tú, ¿eres de celebrar mucho o sólo en algunas ocasiones?

Contenido relacionado

Calidad de Vida

Autoevaluación diaria

Cuando termina el día, todos debiéramos hacernos la pregunta de si nos estamos acostando orgullosos de lo que hicimos en ese camino.

Familia y Hogar

Bullying doméstico

La reflexión es la siguiente: si un niño le puede decir "te odio" a un hermano, que se supone que ama profundamente, ¿cómo no va a ser capaz de ser agresivo con un compañero de curso, que claramente le importa menos que su mismo familiar?

Familia y Hogar

Hijos a cargo de sus padres

Por mucho tiempo cometí el error, entre otros que he cometido, de transferirle a mis hijos muchas de mis angustias y problemas... gracias a Dios ya no es así; pero en esos momentos, no me di cuenta que los estaba haciendo crecer demasiado rápido.

Agregar un comentario