Cada vez es más frecuente ir a cumpleaños de niños, donde ya casi nadie lleva regalo y que las fiestas para celebrar, disminuyen a pasos agigantados dentro de las casas, para pasar a celebrar fuera de ellas.
Sería importante preguntarnos qué nos pasa con los ritos... porque pareciera que ya no tienen tanta importancia... pareciera que son algo conservador y antiguo, y que la modernidad implicaría relajarse de estos eventos.
Sin embargo, los ritos son parte de nuestra historia y desde la antigüedad se han usado para iniciar o terminar un ciclo... y a partir de ahí, es que se avanza a lo largo de la vida.
Los ritos, cualquiera que queramos mirar, son necesarios en la estructura mental, porque nos permiten hacer cierres internos: como son los ritos de la muerte, hacer evaluaciones como en los cumpleaños y generar cambios de sentido en la vida, en la medida que nos permitimos celebrar cada etapa de ella como parte de un ciclo interminable.
Podríamos nombrar muchos ritos y celebraciones, desde que nacemos hasta que partimos de este mundo... y todos ellos tienen el valor simbólico de ayudarnos a avanzar y a limpiar cada etapa de la vida. Por esto, es que es tan importante celebrar, juntarse, tener todo lindo y vernos hermosas: para abrir nuestro corazón al cambio y a la transformación.
Por eso siempre va a ser mejor, hacer la torta de cumpleaños para nuestros hijos en casa... aunque quede "chueca" y el dulce de leche manche literalmente toda la cocina. La torta de pastelería es hermosa, pero no genera recuerdo emocional: lo que lo genera es la imperfección, eso hecho solo desde el corazón y no desde la técnica perfecta.
Tenemos que celebrar: los cumpleaños, los nacimientos, los aniversarios y todo lo que inventemos para juntarnos, para decirnos que nos queremos, que nos necesitamos y que nada puede ser más importante en la vida que los afectos. Es por esto que los ritos son sanadores: porque nos conectan con el amor y con lo mejor que llevamos dentro.
Otro punto importante de estos ritos, es que son un homenaje a la voluntad, al esfuerzo y al trabajo realizado. Si yo puedo descansar y tener vacaciones en mi vida, es porque he trabajado duro... por lo tanto, si celebro un año más de vida o un aniversario (como es el caso de nuestra revista), es porque se ha trabajado fuerte para llegar a este lugar... y es justamente por esta razón, que se hace tan agradable juntarse, darse las gracias, abrazarse y reconocerse en ese camino.
Para eso hay que ponerse linda, comer rico y reírse mucho en el encuentro. Ahí se puede hacer un ritual de dejar atrás todo lo malo, para aprender de ello y colocar toda la energía en los nuevos sueños. Soñar y soñar alto con fuerza de voluntad y trabajo constante, parece ser la clave del éxito.
Así que los invito a celebrar la vida, al igual que cualquier momento que nos permita sentir que avanzamos y que cerramos de manera sana nuestros dolores. Esto nos ayudará a estar más plenos y preparados para las etapas posteriores, y así poder vivirlas con más fuerza: cerrar y abrir ciclos, es clave en el proceso de existir... y hacerlo con afectos y con evaluaciones, parece ser la clave de un buen vivir.
¡A celebrar se ha dicho!... a amarnos y a evaluar la vida: todo esto, siempre hace bien.
Pilar Sordowww.pilarsordo.clY tú, ¿eres de celebrar mucho o sólo en algunas ocasiones?