Gritar es una cuestión relevante, ya que cada persona de este planeta ya ha sentido, por lo menos una vez en la vida, una rabia tan grande al punto de levantarle la voz a alguien.
Dado que trabajo en terapia con muchas mujeres, puedo dar testimonio que, ya sea por el machismo o el patriarcado reinante en este país (Chile, nota de la edición) , es demasiado común que el hombre elija como medio de sometimiento a sus designios o de un mal manejo emocional, el gritarle a su compañera. Pareciera ser que pocos hombres de nuestro país, tienen internalizado que gritar no es saludable para las relaciones y que incluso, esa práctica produce resultados nefastos a largo plazo.
Cuando alguien está constantemente gritándote, está externalizando su tiranía emocional sobre ti. Su objetivo es ganar ventaja en la situación y los gritos son su medio para ganar control. Es una forma de intimidación que puede funcionar temporalmente. Sin embargo, los resultados a largo plazo son nefastos para las relaciones, pues termina con la comunicación saludable y con la cercanía (nadie desea un compañero que genere maltrato).
Cuando alguien está enojado, hay una variedad de razones que le llevan a gritar; por lo cual es importante entender por qué alguien lo hace, pues muchas veces el grito es un indicativo de problemas en la psique de esa persona; su grito es un reflejo de su inestabilidad emocional, aunque por momentos destine a mostrar fuerza y dominio de la situación.
Entonces, ¿porqué una persona grita constantemente cuando se irrita?
- Débiles habilidades de enfrentamiento: muchas personas gritan porque es su mecanismo para enfrentar situaciones difíciles. Si una persona aprende que solo está arriba si grita, necesita ayuda para encontrar mejores maneras de regular sus emociones.
- Pérdida de control: una persona puede gritar porque siente una pérdida de control sobre determinada situación. Esta persona no tiene habilidades de enfrentamiento adecuadas para recuperar el control sobre la situación, entonces recurre al grito para sentir que está en control.
- Sentirse amenazado: los “valentones” son, muchas veces, personas que tienen una mentalidad emocional muy sensible y están intentando protegerse todo el tiempo. Siempre que se sienten amenazados, reaccionan. Y gritar es una herramienta que usan proactivamente cuando se sienten amenazados.
- Tendencias agresivas: algunas personas son simplemente individuos agresivos. Pueden gritar y la agresión puede aumentar a nivel físico. Rara vez se ve una pelea física que no haya empezado con voces alteradas y gritos. Por esto, es importante evitar reaccionar de forma agresiva en esas situaciones, porque es como derramar gasolina en el fuego de su rabia y las cosas se pueden volver aún peores.
- Comportamiento aprendido: claramente amamos como fuimos amados y nos comportamos en nuestras relaciones de pareja, como lo hacían nuestros padres. Por lo cual, la gran mayoría de las veces, un hombre “agresivo verbalmente” es así porque creció en una casa donde sus papás gritaban regularmente. Aprendió que, cuando surgen conflictos, es necesario aumentar el tono de voz... no aprendió comportamientos adecuados de enfrentamiento cuando se encuentra en un conflicto o en situaciones difíciles. Gritar siempre fue su reacción para cualquier circunstancia de turbulencia.
Entonces, ¿Qué hacer frente a este tipo de comportamiento? La peor reacción posible es reflejar su comportamiento: las cosas no van a mejorar si le gritas a alguien que te está gritando. Por el contrario, sólo lo empeora. También debe evitarse, animar o “torear” a quien está gritando, desafiarlo, actuar defensivamente y criticar a la persona durante el enfrentamiento. Es muy importante que recuerdes que cuando una persona está gritando, no eres tú quien tiene el problema, es el otro. Como esas personas tienen pocas habilidades de enfrentamiento, su motivo para gritar probablemente no tiene nada que ver contigo personalmente. Por lo general, son hombres que siempre le han gritado a sus compañeras. Si reaccionas, ellos reaccionarán a tu reacción y las cosas se pondrán peor.
Finalmente si el grito es un hábito que no ha sido alterado a pesar de tus reacciones maduras, tal vez sea hora de sentarse y hablar sobre ello. Dile a la persona cómo te afecta el grito. Muestra también cómo eso afecta tu relación; diciendo, por ejemplo, que eso crea un abismo emocional entre ustedes. Si la persona responde diciendo “así soy”, dile que ser así no es aceptable y que no es sano para ti y menos, para la relación.
Algunas personas no saben cómo cambiar su comportamiento, por lo cual la ayuda profesional (como la terapia, el asesoramiento o las clases de control de la rabia) es una buena opción para las personas que tienen problemas con los gritos. Es importante que la persona reconozca que el problema está afectando su relación y que los cambios son necesarios para mejorarla.
Gritar causa daños, por eso no permitas que los gritos sigan perjudicándote... y perjudicando tu relación. Recuerda que el amor más importante, es el que nos tenemos a nosotras mismas y si has permitido lo que te hace mal, es importante revisar nuestra autoestima y auto valoración. Entonces, llegó el momento de generar los cambios que te llevarán a ¡TU FELICIDAD!
¡Es tiempo de despertar! ¡Es tiempo de simplemente elegir ser feliz!
Y entonces… ¿te atreves a ir por MÁS?... ¿Más qué?: Más felicidad, más amor, más paz, más tranquilidad, más alegrías, más risas, más disfrute, más gozo, más juegos, más abundancia de TODOOO… más espiritualidad, más cariños, más ternura… ¡más consciencia!
María Jesús Martínez Bórquez
Psicóloga, Facilitadora de Ceremonias y Talleres.
Coach Ontológica. Terapeuta Floral.
Astróloga. Sahumadora.
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Fono consulta: (+569) 6 478 0966
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