A veces tan solo precisamos parar.
Bajarnos del mundo y volver a empezar.
Tantas vivencias guardadas, tantas dudas, y algún dolor, nos hacen querer desconectarnos y tan solo parar.
Debemos aprender a escucharnos y cuando es preciso, parar, para que no nos pare el cuerpo, para que no nos pare la mente, para que no nos pare el alma.
Recoger nuestros trozos, e hilvanar con cuidado recuerdos y pensamientos, elegir de forma inteligente con qué nos vamos a quedar, reconstruir nuestra mente lleva tiempo y amor propio, es un acto de gran valentía, pero lo debemos intentar.
Reconstruirse, rearmarse, reamarse, remendarse, y volver a empezar.
A veces tan solo precisamos parar.
Paremos, re armemos, re dirijamos cuando sea preciso.
Reconstruirse puede ser el mayor acto de amor propio que puedas practicar.
Un aporte de:
Marisan
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