Decir “NO” es de suma importancia. Si el otro no sabe que algo les molestó, o que no quieren seguir haciendo una determinada cosa, o que no les gusta una comida, una postura sexual, un libro... ¿cómo podrán obtener lo que quieren? ¿Acaso ustedes, aún se adhieren a la frase “somos todos iguales”?
En los colegios nos uniforman, también es común que ocurra en el trabajo, etc. Los uniformes resultan muy cómodos a la hora de vestirse, ya que les evita tener que pensar qué ropa se va a usar cada día; pero ¡atención!: por dentro y también por fuera, “somos todos diferentes” y
SI... es positivo poder diferenciarnos del deseo del otro y aprender a decir “NO”.Les recuerdo que no es necesario dar explicaciones de por qué se desea algo diferente, o mejor aún:
no necesitan ¨justificarse¨ ante los demás.
Como mencioné anteriormente: somos todos diferentes y cuando nos justificamos, estamos permitiendo al otro que nos juzgue. Yo les pregunto: ¿por qué? ( lea Asertivdad, Derecho N•1 Ser nuestro propio y único juez).
Coloquemos al NO en su justo lugar, como una expresión de desacuerdo. La idea de aprender a decir ¨NO¨, a mi entender, es una forma de decir que queremos vínculos donde se priorice la reciprocidad. Viviana VaisenbergTerapeuta Cognitiva Comportamental
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