Partiendo de la base de que la depresión y la ansiedad son los problemas más comunes entre las mujeres, estos son mayores en el caso de aquellas mujeres que no poseen un trabajo remunerado y lejos del entorno familiar.
Una explicación a esto, es la asunción del papel que se desempeña en la vida, así como las injusticias que tienen que vivir ante un rutinario, estresante y poco estimulante papel tradicional como ama de casa y madre.
Este papel está tradicionalmente desprovisto de estructura y contacto social, pues en ciertos momentos y con frecuencia, las tareas pueden ser demandantes y frustrantes… al igual que verse envueltas en gran incertidumbre.
Una mujer que es ama de casa, tiene menos control sobre su ritmo de trabajo; asimismo, su posibilidad de descanso y de desconexión es menor y, en ocasiones, nula. El hecho de verse cada día y en cada momento “obligada” a cumplir con las exigencias que acompañan a este trabajo, puede ver mermadas sus fuentes alternativas de satisfacción, menoscabando así su estado de ánimo y su salud general.
En definitiva, la falta de reconocimiento y la invisibilidad del trabajo doméstico, puede disminuir en gran medida, la autoestima de las mujeres que asumen (con o sin ayuda) el cuidado y las tareas del hogar.
Por eso, estructurar este trabajo, darle peso social y económico desde los gobiernos, otorgar el valor que le corresponde en el núcleo familiar, proveer de apoyo social y emocional, y fomentar la satisfacción en el desempeño de esta labor, ayudará a que este rostro oscurecido adquiera visibilidad.
El colectivo de las amas de casa, es uno de los sectores sociales más olvidados en nuestra cultura. Por eso, es hora que les otorguemos el poder y el reconocimiento que les corresponde pues, sin duda, es uno de los trabajos más duros, más imprescindibles y más entregados que existen… que no se nos olvide nunca.
Nota editorial: en Uruguay existe la LACCU, una sociedad civil sin fines de lucro, con personería jurídica, que reivindica el rol del Ama de Casa y aspira a obtener su merecida jubilación; informa y defiende a consumidores y usuarios; representa a los empleadores de trabajadores domésticos y les brinda asesoramiento laboral.