Aprender a comunicarnos es una habilidad y existen muchas formas de hacerlo; hablar por hablar no es comunicar y hablar para responder, tampoco lo es. Nos comunicamos a través de nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestras creencias, lo que sentimos y cómo lo sentimos; desde ese lugar nos comunicamos ya sea de forma asertiva o deficiente.
También nos comunicamos con la mirada, con una sonrisa, con un gesto; dicen que tiene que existir una sincronía entre la comunicación verbal y no verbal, porque de lo contrario predominará la comunicación no verbal. Nuestro cuerpo siempre dirá la verdad, pero va a depender también de la interpretación del receptor frente a este hecho.
Es difícil ocultar las emociones cuando son intensas: cuando la emoción es muy fuerte, es más complicado esconderla. Según algunos investigadores, cuando escondemos nuestras emociones sonreímos, pero en nuestro rostro se detectan algunas controversiales expresiones en base a lo que estamos comunicando y algunas veces, se produce una confusión al momento de transmitir el mensaje frente al receptor.
Cada ser humano tiene un mundo propio y percibe la realidad desde sus propios ojos, somos observadores diferentes. Escuchar las opiniones de los otros sin ningún juicio solo con atención, respeto y escucha activa, nos convertirá en buenos comunicadores.
Mantener relaciones sanas merece la pena, ellas van evolucionando conforme lo vamos haciendo nosotros.
Un aporte de:
Judith Moreyra Alegre
Coach Integrativo
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