Cuando no le damos espacio a nuestros pensamientos para salir, para desarrollarse, estos se quedan ahí: en la mente, dando vueltas. Tienes que dejarlos fluir para sacarlos de tu cabeza. Una manera de conseguirlo, es escribiendo todos esos pensamientos que brotan en tu mente.
A veces, son cosas tan simples como algo que tienes que hacer al día siguiente y que puedes olvidar. Otras veces, puede ser algo relacionado con el trabajo, una idea para un proyecto que quieres empezar o un cambio que quieres hacer. Pero también puede tratarse de una emoción que necesitas expresar, de un dolor que sientes por algo que te está sucediendo.
Sea lo que sea, no dejes que esos pensamientos te roben el sueño: escríbelos para darles rienda suelta y que te dejen tranquilo.
Tal vez escribir no resuelva tus problemas, pero el hecho de dedicarle un poco de tiempo a la demanda de tu mente (pensar), servirá para tranquilizarla y liberar estrés.