Pero también pueden haber otros aspectos…
En España se realizó un estudio al respecto, que decía que el 35% de estos hombres estaba solo porque tenían parámetros muy elevados de exigencia respecto a sus posibles parejas, en cuanto a su atractivo físico y psicológico. Otro 30%, por malas experiencias anteriores, un 21% porque no quieren sentirse atados desde ningún punto de vista y un 14%, por ausencia de vida social satisfactoria. Esto nos puede dar una idea de lo que ellos manifiestan... y es muy válido.
Aún así, a veces hay causas un poco más profundas que no todas las personas son tan concientes. Cuando miramos en su pasado, es frecuente que se repita una relación con la madre, en la cual se ven ambos extremos.
El primero, es que fueron carentes del afecto de madre y los hizo desconfiados y por ende, se les dificulta entregarse a una mujer; ya que en su primer amor (que es la madre), no fueron correspondidos y valorados como esperaban. Por tanto en forma inconsciente, las demás mujeres son una prolongación de esta asociación. Claro que estos aspectos no salen a la luz tan fácilmente, ni lo pueden resolver simplemente con reconocerlo. Para los niños es muy importante el cariño y aprobación de sus padres, ya que son las personas más importantes y su “primer amor” en la vida. Y cuando estos vínculos no se dan en forma esperable, los marca en sus relaciones de adultos.
Está el otro extremo también, en el cual no se logró desidealizar esa madre y entonces, no encuentran nadie como ella. No transitaron bien el proceso de niñez y adolescencia, que es donde se desidealizan los padres para poder volcarse a lo social y luego así, poder enamorarse de otras personas. Por lo tanto, ninguna mujer por más requisitos que tenga, va a poder ocupar un lugar que no está “libre”.
En cualquiera de estos casos, van a tener dificultad de enamorarse de otra mujer. Y eso no depende de la persona que tendrán enfrente, sino de su pasado que los condiciona.
Hay otros aspectos que son matices de lo anterior. Por ejemplo, hombres que son inseguros y se involucran de manera casi compulsiva con muchas mujeres. Se ven los “Don Juan”, que en cada mujer buscan reafirmar su atractivo y su valor como hombres… no se comprometen con ninguna, porque está esa necesidad permanente de ponerse a prueba todo el tiempo. Como máximo, se les puede pedir una “monogamia seriada” de corta duración... pero no para siempre.
"Monogamia seriada", quiere decir que en la primera etapa de entusiasmo inicial, puedan llegar a comprometerse con una sola persona; pero les dura muy poco tiempo, se aburren fácilmente y van tras otro nuevo desafío.
En otro de mis artículos les hablaba del “mapa del amor”, que se va conformando con los modelos que traemos desde la niñez y que cuando somos adultos, sin darnos cuenta, nos lleva a fijarnos en personas que tienen características de nuestros primeros amores parentales. Cuando esos modelos que nos formamos son muy rígidos e inflexibles, es cuando más dificultad hay en poder acceder a una relación que nos conforme. Y esta rigidez tiende a darse más en los casos que les mencioné o sea, cuando hubo alguna carencia importante que los marca… o un exceso de idealización, que no deja libre ese lugar. Por tanto, ambos extremos son perjudiciales.
Y algunos de estos “solteros inconquistables”, suelen tener estos pasados. Algunas veces desarrollan un narcisismo muy compensatorio, para cubrir esta carencia. Entonces solo se aman a sí mismos… y pueden llegar a querer a aquella persona que les sostenga un “muy buen espejo”. ¿Qué quiere decir esto? Alguien que le haga sentir bien consigo mismo... que en definitiva es quererse a sí mismos a través del otro.
Como dije anteriormente: no se puede generalizar. Están los hombres que cita Danielle Steel y ese contundente 30% del estudio en España, que tuvieron malas experiencias pasadas y no quieren repetirlas por temor a sufrir. Ya han pasado por la experiencia de enamorarse y no les fue bien. Es común en esos casos, que se junten en grupos de “iguales”, para reforzar dicha creencia y así poder apoyarse en situaciones en las cuales pueden “flaquear”. Esa red de contención funciona como una especie de “grupos de apoyo”, donde refuerzan más su creencia básica, de que es mejor estar así. Miran selectivamente los amigos divorciados o que los dejaron sus parejas y están sufriendo; entonces se basan en ésto y se dicen a sí mismos, que es fantástico este estado de salir sin compromisos ni riesgos. Las excepciones que están felices en parejas estables, siempre son las menos o no las registran.
En estos casos, hay una intención más clara y conciente de no querer comprometerse.
Otros en cambio, no son concientes de su resistencia a comprometerse emocionalmente… muchas veces piensan que el problema es que no dan con la persona adecuada. Además tienen mucha oferta: son hombres codiciados, con lo cual temen que tal vez justo la próxima que van a conocer, sea la adecuada y se la van a perder por estar con la actual. Esto también responde a ideales muy altos y una autoestima compensatoria muy elevada. Necesitan tener al lado alguien que sea un "trofeo" y todos quieran, pero hayan sido solo ellos quienes lo obtuvieron.
Claro que con estas exigencias tan elevadas, dejan por fuera un amplio número de posibles candidatas del sexo opuesto, por no cumplir con dichas característica a priori. Lo que llama la atención es que aún cuando puede aparecer alguien que se acerca a dicho ideal, igual les surge alguna duda y tampoco se comprometen.
A veces los ejemplos que vieron en su casa, que les trasmitieron sus padres, son sin duda otro elemento que los condiciona. Si a un chico su padre lo ha instado siempre (o incluso ha dado el ejemplo de ser un “galán” conquistador) y no le ha dado valor ni ejemplos de otro tipo de forma de relacionarse, esa persona va a tener la tendencia a pensar y comportarse de esta manera.
Otro elemento a tener en cuenta, son quienes por características de personalidad (timidez), no son muy sociables y no tienen oportunidades de conocer gente con facilidad. Esto hace que puedan pasar más tiempo del deseable en conocer la persona adecuada.
Más allá de estas situaciones, hay que considerar también la gama de hombres que han pasado por varias experiencias y saben bien lo que quieren y lo que no. A veces demoran en encontrar pareja, pero no están negados a comprometerse emocionalmente. Por tanto, no entran en categoría de “inconquistables”. También entrarían aquí los que no son conquistables para algunas personas, pero sí para otras; entonces aquí lo de “inconquistables” es selectivo… solo estaría dado por aquellas personas a quienes no les corresponden sentimentalmente.
Lo mismo con personas que pueden ser durante un tiempo inconquistables por determinado momento de vida que están pasando (duelo, por ejemplo); pero luego cambian, entonces serían “inconquistables transitorios”, podríamos decir.
Ninguna de estas opciones de “inconquistables” son patológicas, sino muy normales. O personas que tienen una vida con determinadas características, que les hacen difícil poder mantener una pareja estable… gente que viaja mucho tiempo en forma permanente por trabajo o que tienen a su cargo algún familiar que requiere toda su atención, etc... y eligen la soltería como una opción de vida.
También están los “solteros inconquistables”, que simplemente esconden su homosexualidad y no se animan a asumirla socialmente. Y de afuera se los ve como “inconquistables”, cuando en verdad no es ese el tema en cuestión.
Aún así, cuando han pasado los cuarenta y tantos años y no han podido desarrollar ninguna pareja en forma estable, entonces ya es terreno complicado. No es lo mismo alguien que tuvo pareja y no le fue bien, a quien nunca pudo desarrollar un vínculo estable en su vida. Incluso a veces hay patologías mentales asociadas, como por ejemplo el “trastorno esquizoide de la personalidad”, donde no hay un interés por parte de la persona en querer nadie a su lado, porque estando solo, se encuentra más cómodo y mejor; y además, su capacidad afectiva es muy restringida: son personas que hacen todo solos, tienen trabajos con esas características, evitan estar con mucha gente... se sienten bien así.
Por todas estas variables, cuando una mujer se fija en un “soltero inconquistable”, debe saber que puede pasarle que esté en alguna de estas categorías anteriores y no va a ser fácil obtener un final feliz, como en sus expectativas. En algunos casos, va a ser un verdadero imposible.
Esto también marca a la mujer que se fija siempre en estos “solteros inconquistables”... ¿por qué se embarca en un desafío que no es de buen pronóstico? Cuando se fijan en un soltero “inconquistable”, habría que tomar la postura de poder correr el riesgo si en verdad les gusta esa persona… tampoco negarse la posibilidad de antemano, pero si se dan cuenta que la persona no se involucra, poder dejar la situación a tiempo y no obsesionarse tratando de insistir en algo que no va a funcionar. Eso habla de la salud mental, también de quien los elige. Nadie puede saber de antemano cómo es la otra persona o si entra o no en alguna categoría de las anteriores. Lo que sí debemos saber, es retirarnos a tiempo cuando algo no sea viable.
Quizás correr estos riesgos no sean los mejores para mujeres que quieran una pareja estable y seguridad emocional… o tengan autoestima frágil o vulnerable; pero en el terreno de los sentimientos, nadie tiene la verdad ni la certeza absoluta.
Si quieres correr el riesgo, ¡entonces hazlo! Seguramente en algunos casos valga la pena arriesgar: si no te va bien y tienes algún desengaño, seguramente logres sobreponerte y mirar mejor la siguiente vez… y si no, tal vez te transformes tú en una atractiva “soltera inconquistable”.
Ps. Silvia Cardozo
ensil@adinet.com.uy
Terapeuta Cognitivo-Conductual
Técnico en Sexología Clínica
Integrante, Coordinadora y Docente de Suatec (Soc. Uruguaya de Análisis y Terapia del Comportamiento)
Teléfono del consultorio: 2 707 90 27