La fibromialgia es un trastorno crónico de larga duración. Causa un dolor muscular generalizado, asociado con un agotamiento persistente de grado variable.
Las personas con fibromialgia tienen dolor generalizado y sensibilidad en todo el cuerpo.
Entre los síntomas, el más importante es el dolor, el cual puede limitar la calidad de vida. Lo describen como un dolor muscular profundo, quemazón o "como si algo se clavase o quemase". La situación de dolor crónico que se produce, provoca alteraciones del humor (tales como depresión, trastornos de ansiedad, pánicos, fobias, etc.).
El dolor es difuso y afecta gran parte del cuerpo; provoca sensibilidad anormal a la presión en zonas anatómicas específicas. Estos puntos de sensibilidad anormal (“puntos musculares de dolor"), son uno de los distintivos de la enfermedad. Las personas afectadas, sienten dolor cuando estos puntos se presionan; mientras que las personas sanas, sienten sólo la presión.
Después de dolor, el síntoma más común y debilitante en la fibromialgia, es la fatiga: una sensación persistente de agotamiento. A veces se describe como fatiga mental, con sensación de abatimiento general, como si le hubiesen quitado la energía y con pocas ganas de hacer las labores habituales. Pueden sentirse cansados por la mañana, incluso después de haber pasado horas en la cama. Otras veces, los pacientes la refieren como si tuviesen los brazos y piernas metidos en bloques de cemento.
Acompañan a este síntoma, otros como: rigidez articular, trastornos de sueño, mareos, cefaleas, colon irritable, etc. El cansancio aparece con frecuencia, al igual que la ansiedad y la depresión.