Empezaremos a mostrarte que tu cuerpo habla, por ejemplo, desde uno de los órganos más importantes de tu sistema: el corazón. Desde muy jóvenes se nos enseña una verdad universal, que reza que en el corazón reposan nuestras emociones, y, ya sea porque así lo asociamos o porque sencillamente lo descubrimos, esta es la realidad.
Este músculo es nuestro centro, gracias al cual la sangre llega a todo nuestro sistema y nos nutre. Sin embargo, cuando estamos tristes, preocupados o frustrados, todas estas emociones negativas llegan a nuestro corazón y pueden generar un daño físico. Hoy en día sabemos bien que un dolor muy fuerte, puede literalmente desgarrar este órgano, dolencia que responde al acertado nombre de “síndrome del corazón roto”.