El cuidador no profesional
Las personas que cuidan de otros, lo hacen por muy diversos motivos; pero suele ser frecuente que exista una relación familiar o un compromiso personal del cuidador/a con la persona atendida, y que se encuentre basado en la afectividad y no en relaciones contractuales.
Esto no significa que solamente quienes reúnan estas características, puedan ser consideradas cuidador/a no profesional. La diversidad social de situaciones que nos encontramos, ha llevado a que estos roles sean asumidos también por personas que no tiene por qué tener lazos familiares y sí una comprometida vocación hacia los cuidados de otras personas.
Los cuidadores no profesionales tienen en común las siguientes características:
- son personas que ocupan gran parte de su tiempo personal en atender necesidades básicas de otros individuos
- no existe un horario fijo ni estipulado que marque la atención que recibe la persona en situación de dependencia
- no existe un beneficio económico a cambio de desarrollar la labor de cuidador/a
- no tiene por qué tener una formación especializada (aunque sí una disposición a mejorar la experiencia que se tiene en cuidar y participar en las formaciones que se le ofrezcan y estén reguladas por el MSP y el MIDES).
El cuidador tiene que poner límite a la cantidad de cuidado, es decir, aprender a delegar, saber decir que no, hábitos saludables, controlar el estrés y los sentimientos negativos.
"Ser capaz de prestar atención a uno mismo, es requisito previo para tener la capacidad de prestar atención a los demás; sentirse a gusto con uno mismo, es la condición necesaria para relacionarse con otros." ("Ética y Psicoanálisis" de Erich Fromm).
Para cuidarse a sí mismo, en determinadas circunstancias, el cuidador debe pedir ayuda y buscar apoyo en los profesionales, familiares y amigos. Pedir ayuda, es una excelente forma de cuidar.
Cómo cuidar mejor: aspectos a tener en cuenta
- Ser realista pero positivo con el familiar. Estar atento no solo a lo que no puede hacer, sino a lo que puede hacer... tener expectativas realistas.
- Que la persona mayor haga todo lo que pueda por sí misma. Fomentar la autonomía y recordar las cosas que puede hacer: “vamos a hacer esto juntos”, “déjame ayudarte”,…
- Procurar que la persona cuidada tenga el mayor número de responsabilidades posibles. En muchas ocasiones les ayudamos en tareas que pueden hacer por sí mismos, por el simple hecho de terminar antes y pensar que nosotros lo haremos mejor.
- Hacerle participar, dentro de sus posibilidades, en la vida diaria.
- Ser paciente y mantener la calma.
- No pensar que porque algo ocurra una vez, tiene que ocurrir siempre.
- Fomentar el orden y la rutina.
- Evitar cambios y sorpresas.
- Simplificar las tareas.
- Fomentar la autoestima.
Cuidarse a uno mismo es esencial para poder hacer frente a esta etapa de la vida. Olvidamos que el cuidador necesita tanta ayuda o más, que el propio enfermo.
Próxima entrega: Guía práctica para el cuidador.
Lic. Adriana Risso
Contacto: ara027@montevideo.com.uy
Mi nombre es Adriana Risso Argento. Licenciada en Psicología-UDELAR-Montevideo-Uruguay. Varias especializaciones: Clínica, Recursos Humanos, Asesoría, otros. Configuraciones vinculares en discapacidad y familia. Hilton Perkins de EE.UU. Musicoterapia Técnica en terapias y artes orientales. Actualmente formándome en coaching ICF.
Me interesa priorizar la formación del cuidador/a hacia la prevención del estrés y la sobrecarga de la persona cuidadora, entrenando en habilidades y estrategias de autocuidado.