La vida está llena de misterios... es increíble cómo puede cambiar todo en tan solo un mes. Parece ser que cuando la vida tiene que dar giros, los da en serio y sin considerar muchos elementos del alma.
Hace tres semanas, que una persona muy cercana a mí, me cuenta que conoció... o mejor dicho: se reencontró, con alguien que ya conocía hace años y empezó a sentir cosas por él que antes no sentía... y eso movió todo el espectro de su existencia.
Comenzaron los miedos, las preguntas, el no querer salir del estado de comodidad. Ella estaba bien sola, había aprendido a disfrutar de la vida y a reconciliarse con la soledad, como un buen compañero de viaje.
Sin embargo, cuando la vida pulsa, llama fuerte y parece ser que algo que parece irresistible para el ser humano, es la posibilidad de volver a tomar contacto con el amor. Ella lo empezó a vivir como un regalo, como una bendición, como una oportunidad para amar... para amar en serio.
Dicen que en la vida, es de prudentes tener miedo... pero es de valientes, vencerlos. ¿Cuántos de nosotros dejamos muchas posibilidades para poder amar de verdad, debido al miedo? El vencerlo, el confiar y el cuánto nos entregamos, parece ser el centro de nuestra existencia.
Por lo mismo, necesita tiempo y fuerza. Fuerza para sostener como buen pilar, todo lo que hay que vivir; para poder hacerlo con alegría, con fe y tiempo para poder amarlo, con todo lo que la vida le traiga en esta nueva historia.
Es increíble cómo la vida cambia con estos eventos, cómo lo que era importante en un día, deja de serlo al siguiente... cómo todo se hace más intenso: los colores, las miradas, las caricias, etc. Es que en honor a la verdad, ella puede estar viviendo como siempre se debe vivir y como todos lo debiéramos hacer: valorando todos los momentos, como si fueran los últimos.
En una sociedad donde todo se compra y todo se vende, la valentía para volver amar, para volver a confiar, para vivir el riesgo de no saber qué va a pasar... de volver a caminar por lo incierto, lo no controlable... eso no se vende en ninguna parte y solo puede surgir, de un alma que se atreve a seguir viviendo en lo que la vida quiera traer.
Hay que amar, amar mucho; el tiempo es relativo y dejarlo pasar, puede ser un gran error. El amor es ausencia de miedo y llegar a caminar por ese sendero, no es nada fácil.
Si usted está en el lugar de no saber si quiere volver a amar, pregúntele a su corazón si ese amor suma o multiplica. Si es así, avance; pero si por alguna razón, resta o divide, es preferible que camine sola o solo por un tiempo más.
Pilar Sordo
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