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Alcanzar y mantener el equilibrio emocional

Alcanzar y mantener el equilibrio emocional
"Lo que se busca, se encuentra" - Sófocles

El equilibrio emocional es ese lugar en el que nos sentimos bien, en el que podemos asumir los riesgos que decidimos permitirnos, en el que hacemos que los demás crezcan con nosotros.

Hoy te invito a encontrar ese lugar.

Empecemos por definir conceptos.

¿Qué es el equilibrio emocional?

¿Qué es el equilibrio emocional? El equilibrio es la estabilidad, que no necesariamente es equidistante a los extremos. Es el estado de calma, aunque existan fluctuaciones... no es sinónimo de quietud, pero sí de armonía.

En lo referente a la parte emocional, hace alusión al estado de encuentro con uno mismo, de conocimiento personal, de manejo de emociones y sentimientos y de expresión adecuada de todas ellas. 

¿Cómo podemos llegar a lograr nuestro equilibrio emocional?

Para llegar a una armonía percibida por uno mismo, necesitamos una conexión entre la parte interna y la parte externa: nuestro mundo exterior. Para lograr este equilibrio, será necesario un autoconocimiento. Lograr conocerse a uno mismo implica autoconsciencia: saber definirnos, saber interrogarnos, no tener miedo de exponernos, tolerar la incertidumbre.

Aunque pueda parecer tarea sencilla, lleva su tiempo y cómo no, su exigencia de práctica diaria. El autoconocimiento es un viaje a lo más íntimo de nosotros, pero puedo asegurarte que será una de las mejores experiencias y relaciones que podrás llegar a tener. Permitirse ser y encontrarse, permitirse sentir emociones y miedos... saber quién soy y cómo soy... saber por qué soy y cómo puedo llegar a ser todo aquello que quiera y pueda ser.

El equilibrio emocional como punto de partida y meta final

Tras empezar el camino con el autoconocimiento y descubrimiento de las emociones que habitan y experimentamos en cada momento, llega el control y regulación.

Las emociones son un tesoro que todos poseemos: nos informan de que hay una conexión entre lo que sucede fuera y lo que experimentamos dentro. Las emociones nos enseñan y nos protegen, nos acogen y nos dan fuerza. 

Las emociones dependen y trabajan para mí, llaman a la acción y al cambio. El control y la regulación, llega tras un previo conocimiento: cuando soy capaz de identificar y saber, es cuando puedo decidir qué hacer y cómo hacer.

Si crees que cumples con este manejo y control emocional, te propongo un ejercicio: lee cada una de estas emociones y ve respondiendo a las siguientes preguntas con respecto al amor, ira, nostalgia, miedo, decepción, admiración, satisfacción.

¿Cómo puedes saber que sientes cada una de estas emociones?
¿Qué síntomas físicos y pensamientos tienes cuando las experimentas?
¿Cómo las muestras al exterior?
¿Cómo es tu relación interpersonal cuando experimentas cada una de ellas?
¿Conoces qué situaciones/personas/pensamientos pueden llegar a provocarlas?

El motor que nos lleva

¿Cuál será el siguiente paso para trabajar nuestro equilibrio emocional? La automotivación. Cuando conseguimos lograr el autoconocimiento y regulamos de forma adecuada nuestras emociones, somos capaces desenfocar nuestros esfuerzos a lograr cada día aquello que queremos y nos hace felices. 

Nuestra construcción personal requiere de tiempo y cariño. El control y regulación de emociones exige muchas veces voluntad y trabajo, tanto personal como interpersonal. Para potenciar la automotivación, necesitamos varios ingredientes esenciales en nuestro progreso, como son el optimismo, la toma de iniciativa y decisiones, el afán de triunfo y cómo no, el compromiso.

Dirigir nuestros esfuerzos, a veces, no es tarea sencilla, pero si logramos ser tenaces, apoyarnos en nuestras emociones y nuestra confianza en nosotros mismos, si adquirimos la capacidad de permanecer (aunque a veces cueste), estaremos cada día más cerca de lograr nuestro equilibrio emocional... porque nadie camina sin rumbo... porque nadie tiene el camino fácil, solo el camino que nosotros visualizamos.

Empatía y habilidades sociales

¿De qué nos sirve crecer si no podemos compartir el camino? Tras lograr la parte individual con el trabajo personal, que exige continuas renovaciones, está la parte social. La empatía y el contacto con los demás, nos ayudan a seguir con nuestro desarrollo, a experimentar nuevas emociones y nutrirnos de todo lo que los demás nos aportan.

Las relaciones interpersonales y saber cómo desenvolvernos en ellas, también forman parte de un camino personal... es por ello las habilidades sociales nos permiten crecer y afianzar el equilibrio emocional. Somos seres sociales y de nada sirve tener todo el éxito o la felicidad, si no podemos compartirla.

El crecimiento personal conlleva un trabajo, pero el premio de lograr una estabilidad y equilibrio emocional, es el mayor de los regalos.

Reproducido con autorización

Comentarios (2)

Agregar un comentario

Moderador de Comuna Mujer.

Moderador - Rosina 11-04-2019

Violeta, nos da mucho gusto conocer tu opinión respecto a la nota y que te ha gustado conociendo el trabajo que realizas en este tema. Gracias.

Violeta Guber 11-04-2019

Excelente artículo! Nos reecuerda cómo conectar con nuestras emocionesy que podemos aprender cómo regularlas para no reaccionar por impulso desde un lugar de autocompasión y compromiso con lo que de verdad deseamos para nuestra vida

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