- Haga ejercicios de espalda al menos dos o tres veces a la semana.
- Realice siempre estiramiento antes de comenzar cualquier actividad física.
- Pruebe el yoga, ya que le puede ayudar a estirar y fortalecer los músculos y mejorar su postura.
- Tras un período de inactividad prolongada, comience un programa de ejercicios regulares de bajo impacto: caminar, nadar o la bicicleta estacionaria treinta minutos al día; estos ejercicios pueden aumentar la fuerza muscular y otorgar flexibilidad.
Pregúntele a su médico de cabecera o especialista, que le anote una lista de ejercicios de bajo impacto adecuado para su edad y que esté diseñado para fortalecer los músculos de la espalda baja y abdominales.
- Mantenga en una buena postura, ya que ésta puede ayudar a prevenir el dolor de espalda.
• Trate de no encorvarse al estar sentado o de pie.
• Siéntese derecho con su espalda contra el respaldo de su silla y los pies apoyados en el suelo; y mantenga las rodillas ligeramente más altas que sus caderas.
• Póngase de pie con la cabeza erguida y los hombros hacia atrás.
• Levántese correctamente.
• Cuando levante objetos, doble sus piernas, no su espalda: mantenga la espalda recta y doble las rodillas. Si la carga es demasiado pesada para que usted la levante sola, pida ayuda.
- Cuide su peso. Si usted tiene sobrepeso, perder peso le ayudará a poner menos tensión en su espalda.
- Consuma suficiente calcio. Huesos fuertes pueden ayudar a prevenir la osteoporosis, una de las principales causas del dolor de espalda. Asegúrese de obtener suficiente calcio y vitamina D todos los días.
- Prevenga las lesiones de espalda en el trabajo. Tome medidas para proteger su espalda en el trabajo: lesiones en la espalda, son el tipo más común de accidentes de trabajo.