Cuando la noche sea nuestra,
y revivan nuestros cuerpos,
cuando la luna viajera,
nos contagie con sus sueños,
cómplice mi piel sedienta,
al vislumbrar el deseo,
bajo ese manto de estrellas,
que el amor ha ido tejiendo,
estando junto con ellas,
te contagiaré mis besos,
en una pasión intensa
que va bajando del cielo,
en esa misión secreta,
donde brillan mis anhelos,
convirtiéndose en promesa,
al sentir tus sentimientos,
esperando placentera,
el sonido de tus dedos,
incipiente primavera;
sospechando que te espero,
camino a la vida eterna
cada vez que te poseo,
unidos por las cadenas,
del amor que se hizo eterno,
y cada noche regresa,
sin demora a nuestro encuentro,
ese que mi alma acecha,
cada noche, sobre el lecho,
cuando la luna ya es nuestra,
festejando, tu regreso.
Una colaboración de:
Prof. Sheina Lee Leoni
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