En los hogares de quienes amamos leer, siempre habrá un par de libros regados por los distintos espacios de nuestro hogar. En mi caso, ¡hay más de un par!
Desde muy pequeña me ha gustado leer. Junto a mi hermana, compartíamos novelas e historias de distintos autores que posteriormente comentábamos y analizábamos, buscando finales alternativos o soñando en nuestra adolescencia, con vivir algún amor como los que leíamos en aquellas novelitas. Si bien, adoro las novelas de amor, me gustan mucho también la literatura y novelas históricas relacionadas a Grecia, Egipto y la antigua Francia. Además, por varios años, estudié Griego moderno y por otra parte, amo la moda… por lo que, quienes visiten mi hogar, siempre se encontrarán con algún libro relacionado a estos temas o alguna novelita romántica, a las que acudo cuando el nivel de estrés es mucho.
Dado mi trabajo como generadora de contenidos digitales, me toca leer muchos textos en el computador, ya sea en blogs, revistas online, etc… y si bien es algo que hago a diario, sigue gustándome la idea de llevar un libro de papel en la cartera, abrir sus páginas y dejarme llevar por la magia y aroma que el papel atrapa, a través de cada letra impresa en él.
Actualmente estoy leyendo dos libros a la vez… uno para las noches: “Ramses, hijo de la luz” de uno de mis autores favoritos, Christian Jacq y otro, para los viajes en metro o para mis ratos libres, que siempre es una novela romántica o alguna literatura liviana: hoy en mi cartera está “Shangai baby”.
Por muchos años, mis libros estuvieron “escondidos” entre los colores y texturas de mi ropa… esto, porque con quien compartía mi vida en ese entonces, no gustaba de mi estilo literario y temía que sus amigos le dijeran: “¡Qué mojigata es tu novia!”… ¡Qué tontería!, ¿no?
Fueron años complicados, donde sentí que junto con mis libros, mi corazón y mi alma estaban encerrados en la profundidad y oscuridad del aislamiento textil, compuesto por mi ropa y accesorios… donde sin querer, se mezclaban mis dos más grandes pasiones: la moda y la literatura.
Afortunadamente hoy mis libros y yo, somos libres… y he hecho de ellos, una de las principales fuentes de decoración de mi hogar. Por lo que a continuación, quiero dejarles algunas ideas para que puedan organizar sus propios libros y crear con ellos, espacios que inspiren sus días.