El tratamiento no cura la dermatitis atópica, pero sí puede controlarla: previene el empeoramiento, alivia el dolor, y el prurito y previene las infecciones.
La combinación del uso de medicamentos, los cuidados de la piel y los cambios en el estilo de vida, llevan a mejores resultados. Se recomienda realizar baño diario, corto, con substitutos del jabón o jabón cremoso, con humectación inmediata de la piel, uso de emolientes sin perfume dos a tres veces por día, ropa de algodón y liviana, evitar los agentes irritantes (jabón, cosméticos, talcos, polvos, detergentes, prendas de material sintético), evitar la calefacción muy intensa y medidas de control ambiental.
En el tratamiento se indican cortioesteroides locales, antihistamínicos orales con efecto sedativo para controlar la picazón, antibióticos orales o locales si existe una infección.
Se deben evitar las dietas restrictivas salvo que se compruebe una relación directa de los brotes, con la ingesta de alimentos. La enfermedad, en la mayoría de los casos, tiende a desaparecer al crecer el niño.
Sociedad Argentina de Pediatría
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