En general, las opciones que encuentran cuando están muy complicados con todos estos temas son:
- deshacer la empresa familiar, venderla o a veces esperar que se funda “con los ojos abiertos”
- irse de ella y pedir un dinero, a cambio por las acciones
- tercerizar el funcionamiento de la empresa y solo recibir las ganancias, si es que las hay
- contratar psicólogos laborales, que se dedican a estas problemáticas y pueden también, realizar intervenciones adecuadas. En general, son equipos multidisciplinarios que abordan estas empresas.
Otra opción, en general muy efectiva cuando no se quiere optar por las anteriores, es incorporar una persona ejecutiva externa, ajena a la familia, que pueda ser objetiva y esté capacitada en esta temática (por ejemplo: un Gerente Ejecutivo que realice una intervención), para poder asesorar en forma objetiva sobre los problemas de la empresa y así, poder resolver los temas que le son imposibles de hacer por ellos mismos. Ver cuáles son las verdaderas capacitaciones y roles adecuados para los integrantes, pudiendo maximizar así el desempeño de todos, fijando límites sin lugar a concesiones subjetivas, con parámetros equitativos que no generen roces, delimitando los objetivos empresariales y las formas adecuadas de llevarlos adelante.
En definitiva, sacar la empresa del pozo, dejando de lado los intereses y conflictos familiares que están jugando en contra hasta ese momento.
Cualquiera de estas son opciones validas, según lo que deseen sus integrantes.
A veces hasta esto es motivo de disputa: ponerse de acuerdo en la opción de solución, ya que también allí se generan intereses distintos. Quienes están conformes o se sienten beneficiados hasta ese momento, no van a querer perder su puesto de privilegio, aunque sin duda a la larga, es la mejor solución general para todos.
Las opciones últimas del listado, tienen ventaja si se quiere mantener la empresa y a los integrantes de la familia dentro de ella. Son soluciones adecuadas (cuando no se realizan demasiado tarde), ya que no ponen dentro de la familia “al juez”. Los criterios adoptados por “este” o “estos” ajenos a la familia, hace que no se vivan como subjetivos ni generen conflictos entre los familiares; y además, se adquieran estrategias de negociación dentro de la familia, usando los criterios adecuados que aportan este tipo de intervención, que no tiene nada que ver con los criterios familiares usados hasta el momento, donde se mezclan las emociones, las rivalidades, las identificaciones, las conveniencias personales, etc.; sumergiéndose en esa vorágine de conflictos, donde salen todos perjudicados.
Si se implementa este tipo de intervención en forma adecuada, y la empresa la sostiene y respeta, tiene posibilidades de rearmarse y salir adelante.
Si se llegan a estas soluciones a tiempo y se corrigen todos estos errores antes mencionados, una empresa familiar puede pasar a ser muy ventajosa sobre las demás, porque pasa a ser un trabajo de equipo... inspira seguridad tanto a sus clientes como a sus empleados, que haya una familia unida que responde por ella, que es la cara visible de la empresa, y además la familia, cuando logra entenderse y resolver sus problemas, inspira respetabilidad, confianza, la gente que trabaja se siente respaldada por la empresa, identifica en forma positiva a sus dueños, los vive como buenos referentes, líderes positivos que le trasmiten a sus empleados solidez y sentido de pertenencia a la empresa.
Por algo es un eslogan visto como positivo, cuando un negocio o empresa dice: “atendido por sus dueños” o lo mismo, cuando lleva el nombre de sus dueños. La gente espera un trato esmerado, amable... porque nadie más preocupado en que un negocio funcione, que sus propios dueños.
Si bien el panorama no es sencillo, me parece que el mostrar los puntos comunes en que fallan los integrantes de este tipo de empresas familiares y saber “qué y cuáles” son las medidas que hay que tomar a tiempo, puede ser crucial para sacarlas adelante con éxito (tanto a nivel familiar, como empresarial).
Y que en definitiva, los dos lugares más importantes para el ser humano, que son la familia y el trabajo, puedan transformarse en un lugar común bien manejado, que sume y no reste en la calidad de vida de quienes eligen esta opción para su vida.
Psic. Silvia Cardozo
Psicóloga , Terapeuta Cognitivo-Conductual, Integrante, Coordinadora, Seminarista y Docente de Suatec (Sociedad Uruguaya de Análisis y Terapia del Comportamiento).