Las discusiones en pareja son necesarias ante los desacuerdos lógicos entre dos personas, con el fin de negociar soluciones ante los problemas o expresar opiniones, aún con distintos puntos de vista.
El problema es que hay parejas que no saben discutir, no se escuchan, no se centran en las soluciones, sino en buscar culpables y defender sus respectivas posturas, a veces de forma agresiva…enfadados, gritando, con ironía.
Así cualquier tema en el que haya desacuerdo, por mínimo que sea, es susceptible de provocar discusiones destructivas, donde lo importante es ganarle al otro. En general, la familia política y la educación de los hijos, son temas de discusión recurrentes en las parejas que acuden a terapia para mejorar su relación.
A veces, tras muchas discusiones, sufrimiento y peleas, la pareja deja de sentirse atraída, respetada y querida, haciéndose cada vez mayor la insatisfacción y el deterioro de la misma. Esta incapacidad de resolver conflictos o respetar y aceptar distintos puntos de vista o necesidades, son factores que influyen en la infidelidad y la separación.
Muchas veces cuesta pedir perdón cuando la persona comete un error y tiende a culpar al otro de su conducta. El enfado tras la discusión y el orgullo, no facilitan ese paso. Si no hay perdón, la crisis no se supera.
El límite entre lo que es una discusión y una muestra de violencia, está dado por el no respeto hacia el otro: cuando se comienzan con los agravios verbales, los insultos, las amenazas. También en el tono de voz, si gritamos en vez de hablar...
Muchas veces recurren a conductas vengativas: si uno hizo algo, el otro lo hace peor y así, sucesivamente.
En estos casos, es donde las parejas parecen estar en una competencia donde les es difícil parar y a medida que va pasando el tiempo, entre gritos y ofensas, la cosa se va poniendo peor. Es como una escalera en la que ambos, hombre y mujer, van subiendo peldaños en el conflicto de manera consecutiva.
No todas las parejas discuten de esta forma, pero algunas sufren de esta dificultad. En este caso, es una tendencia donde ambas partes parecen estar compitiendo, donde no se sabe cuándo parar y usualmente, las disputas terminan cuando la violencia física o verbal ha llegado a un tope. Sea como sea, estas discusiones tienen una alta presencia de violencia y maltrato psicológico.