Es un dispositivo de plástico, pequeño y flexible, con hilos de cobre que debe ser colocado por el médico dentro del útero de la mujer. Se lo conoce popularmente como “espiral”. Su presencia impide que los espermatozoides lleguen a encontrarse con el óvulo para fecundarlo. Es altamente eficaz, pudiendo usarse por tiempo prolongado. Requiere indicación y control médico periódico. Otras ventajas que posee este método son: la independencia del uso en cada relación sexual, su bajo costo y rápida reversibilidad. No protege contra las infecciones de transmisión sexual.
¿Cuáles son los controles que debe tener luego de su colocación?
El primer control es a los siete días. En ese período de tiempo se debe tener abstinencia sexual, no usar tampones vaginales y no realizar baños de inmersión. El segundo control, es después de la menstruación siguiente a la inserción y luego cada seis meses. Durante la lactancia, los controles son a los siete días, siguiendo cada tres meses hasta la normalización de los ciclos menstruales. Luego, cada 6 meses.