La mejora de la calidad de vida, es uno de los argumentos fundamentales para realizar actividad física. La persona se siente mejor de ánimo, nota una mejora en su imagen corporal y una menor sensación de fatiga con las tareas diarias.
La probabilidad de sufrir afecciones, como por ejemplo un ataque súbito, se reduce en sujetos activos, pues se logran controlar los factores de riesgo. La participación en programas de ejercicios controlados, les aporta a las personas de edad beneficios tanto en lo social, como para la realización de actividades cotidianas.
La disminución de la fuerza muscular, genera dificultades: desde no poder levantar el peso corporal estando sentados, hasta la imposibilidad de transportar las bolsas del supermercado. Se altera la flexibilidad, al extremo de no poder subir a un auto o vestirse sin ayuda.
En todos estos casos, el entrenamiento físico metódico no evita el natural proceso de envejecimiento, pero puede aumentar la capacidad aeróbica y la fuerza muscular en más del 20%. Los efectos beneficiosos se logran al poco tiempo de comenzar la actividad.
El ejercicio regular es un excelente método de protección ante enfermedades neurodegenerativas, logrando disminuir el impacto de las mismas, protegiendo las células nerviosas.
Se logra un mayor desarrollo del cerebro, lo cual, sumado a una actividad mental de relativa intensidad (lectura, realización de crucigramas, etc.), determina una menor incidencia de demencia senil. Además, se aumenta la sensación de bienestar y desciende el stress mental, mediante la liberación de endorfinas que son sustancias generadas por el propio organismo. Disminuye el grado de ansiedad, ira, angustia, depresión y mejora el sueño. Podemos afirmar que las enfermedades neurodegenerativas, pueden unirse con las cardiovasculares, en las cuales el sedentarismo es un factor de riesgo.
Por lo menos treinta minutos diarios, al menos cinco días a la semana (si es posible todos, mejor), de intensidad moderada; equivalente a una caminata rápida que aumenta la frecuencia cardíaca, pudiendo dividirse el tiempo en períodos de diez minutos o más.
En los ambientes laborales usar las escaleras en lugar del ascensor, caminar para ir al trabajo o estacionar el auto lo más lejos posible; durante los intervalos, caminar alrededor de la oficina.
Cambiar diez minutos de tiempo dedicado a la televisión, por un par de vueltas a la manzana. La caminata es una conducta saludable y simple que puede reducir la tasa de enfermedades crónicas y reducir los costos crecientes del cuidado de la salud.
La mejora de la calidad de vida, es uno de los argumentos fundamentales para realizar actividad física. La persona se siente mejor de ánimo, nota una mejora en su imagen corporal y una menor sensación de fatiga con las tareas diarias.
Dr. Gustavo Lucini, Médico deportólogo.
Reproducido con permiso de la AEPSM.
Comentarios:
Lilián Navarro 14-enero-2010
Mujeres de tercera edad: es hora de que comencemos a pensar en nosotras... comenzamos una etapa diferente en nuestras vidas, en la cual lo físico, lo mental, lo emocional y lo espiritual, tienen mucho que ver. Es hora de medir nuestro tiempo. De a poco vamos viendo que nuestro físico va cambiando... pues bien, es hora que comencemos a caminar, de formar un grupo entre amigas para caminar en la mañana. ¡Ah! ¿Que no tenés tiempo, que no te gusta? Pues bien, una media hora de bicicleta al aire libre y ¡a disfrutar de la energía que nos brinda el universo! Sé que algunas están abocadas a cuidar a sus nietos, pues... ¡a buscar actividades que puedan hacer juntos! Es hora de ponernos en marcha y a no dejar para mañana lo que podamos hacer hoy: no nos limitemos a una vida sedentaria... hay lugares donde se reúnen grupos para disfrutar de paseos. Amigas, los años pasan... ya, ahora y sin perder tiempo, ¡a disfrutar de esta etapa de nuestras vidas! Recordemos que cuerpo sano, mente sana.
Rosina 04-06-2010
julio 04-06-2010
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