Primero que nada NO ES POSIBLE NO EDUCAR.
Hagan lo que hagan los padres, aunque no hablen sobre sexualidad, siempre estarán educando, pues se puede educar con el silencio, con gestos, o con omisiones.
Gran parte de las NORMAS, VALORES, COMPORTAMIENTOS Y SENTIMIENTOS respecto a la sexualidad son aprendidos en la FAMILIA.
Pues se aprende a:
- Comportarse como hombres o mujeres
- A dar y recibir afecto
- A sentirnos bien o mal con la sexualidad
- Normas, valores y principios
- A valorar al otro sexo
- A Querer o no a nuestro cuerpo, etc.
La Educación Sexual implica no solo brindar INFORMACIÓN, lo que más necesitan es FORMACIÓN: Y LA FORMACIÓN implica FACILITAR LA ADQUISICIÓN DE VALORES, ACTITUDES Y SENTIMIENTOS POSITIVOS ANTE LA SEXUALIDAD.
En ocasiones afirmamos que no hemos recibido educación sexual de nuestros padres, esto no es posible, todos hemos recibido educación sexual. Tal vez queramos decir que hemos recibido una “inadecuada educación sexual”.
Desde nuestros primeros días de vida estamos sometidos a sutiles y complejas intervenciones que afectan nuestra conducta, valores, sentimientos y opiniones sexuales. Sin darnos cuenta interiorizamos una cierta forma de ver y vivir la sexualidad, de emparejarnos, de amar y relacionarnos con los demás.
Hagan lo que hagan los papás siempre están educando sexualmente, están trasmitiendo valores positivos o negativos, hagan lo que hagan no pueden dejar de influir en la conducta de los niños y los adolescentes y por tanto no pueden dejar de educar. Los padres no tienen opción o educan bien o lo hacen mal.
Por ejemplo, no hablar de temas sexuales con los niños es ya una forma de educar, es una manera de transmitir la idea de que la sexualidad es un tema tabú, peligroso, un tema del cual no se debe hablar. El silencio es una forma de represión por omisión.
Los adultos influyen en los niños y jóvenes con lo que hacen y con lo que dicen, pero muy especialmente con lo que hacen. El comportamiento de los adultos respecto a la sexualidad afecta fuertemente los sentimientos y las conductas sexuales de niños y adolescentes. Tal como lo describe el refrán popular “vale más un gesto que mil palabras”.
Los comportamientos de los adultos modelan, sutil e inconscientemente, la conducta de los hijos, cada una de sus conductas llevan implícito algún mensaje que se graba en la mente de los niños. Por esto es importante que los padres sean congruentes en lo que “dicen” y “hacen”, en lo que dicen y en la manera como lo dicen (lenguaje no verbal).
Un padre puede decir a su hijo que ”no digan meniras”, pero el día que llega un cobrador el padre le pide al niño que diga: “di que no estoy”.
Los niños aprenden por modelamiento y observación, imitan permanentemente lo que los padres hacen. Por ejemplo, muchos niños aprenden desde su infancia patrones “machistas” cuando observan la distribución de roles sexistas predominantes en su familia.
Muchos padres y educadores creen que no han educado sexualmente a sus hijos o estudiantes, sólo por el hecho de que no han brindado “información sexual”, desconocen que una cosa es informar y otra es formar, aunque dar información formal hace parte de la formación que se les brinda a los niños y adolescentes. Se ignora que a través del silencio y la evasión se transmite una connotación emocional negativa respecto a la sexualidad...
La mayoría de los padres y adultos creen que los temas sexuales son “algo muy especial” que son “temas muy delicados” y que por esta razón se requiere de una virtud especial para poder hacer una buena educación sexual.
No es el tema en sí lo que nos impide abordar adecuadamente la educación sexual, son las actitudes, los miedos y los prejuicios que hemos interiorizado a partir de nuestra socialización y aprendizaje sexual que tuvimos en nuestra familia y en la escuela primordialmente. Aprendimos a ver la sexualidad como “algo malo”, como “un tema tabú”, como “algo pecaminoso”, aprendimos que no es adecuado hablar sobre nuestra sexualidad.
Y entonces nos cuesta trabajo educar la sexualidad de manera abierta, honesta y sincera debido a nuestras actitudes sexuales.
Se cree que por el hecho de ofrecer información sexual entonces hay que dosificarla para que no haga “daño”. La información sexual como cualquier otra información que el niño asimile debe dosificarse y darse de acuerdo a las capacidades de comprensión y asimilación del niño, pero no por ser sexual. Como cualquier otra información debe ser gradual, sistematizada, organizada y estructurada ante todo sencilla y adaptada a sus capacidades comprensivas.
En el fondo se sigue pensando que, el sexo y saber de este, puede ser dañino. Hablar sobre lo sexual con niños y adolescentes genera ansiedad para muchos adultos, lo cual, lleva conduce a que muchos padres opten por ser “cautos” en la calidad y cantidad de información sexual que están dispuestos a dar.
Las investigaciones y la experiencia en diferentes programas de educación sexual han demostrado que de ninguna manera recibir información sexual haga daño en el desarrollo psicosexual de los niños y adolescentes, todo lo contrario.
Hable a los niños con términos sencillos, llame las cosas por su nombre, utilice las palabras exactas.
Evite las mentiras, Ud. tiene que ser confiable, si miente defraudara a sus hijos y esto contribuirá a incrementar la brecha entre usted y ellos.
Si en alguna ocasión usted desconoce que responder y cómo responder a los niños sus curiosidades sexuales sea honesto y sincero, dígale que no lo sabe, prometa que lo investigará y cumpla su promesa.
Hágase un padre o una madre “preguntable”, no espere que sus hijos sean mayores para hablar con ellos sobre asuntos sexuales, recuerde, desde pequeños los niños perciben si pueden o no hablar con usted sobre temas sexuales. Si sus hijos no le hacen preguntas sobre estos asuntos, no es que sean “inocentes, más bien es que no tienen la suficiente confianza con usted para hablar sobre ello.
Posiblemente usted sienta que desconoce muchos aspectos sobre la sexualidad humana o que desconoce cómo hablar a los niños, si es así interésese por adquirir material educativo, hoy día existen libros, revistas, manuales, videos, que brindan información a los padres sobre educación sexual infantil.
Gabriela Michoelsson (Sicóloga-Sexóloga)
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