Hay conceptos como el tiempo y la distancia que a veces creemos que son fijos, porque podemos medirlos, calcularlos... darles un punto de comienzo y un punto final.
La vida me ha puesto a prueba más de una vez en este sentido, y he aprendido a reconocer y a apreciar la relatividad que se esconde en el tiempo y la distancia.
He aprendido a sentirme realmente junto a una persona que se encuentra a kilómetros de distancia.
He vivido la hermosa sensación de sentir que el tiempo no ha pasado al reencontrarme con alguien.
He sentido el amor, el cariño y el sostén de quienes estaban tan lejos.
He comprendido que el tiempo por más que pueda medirse en segundos, minutos, años o siglos, a veces parece ya haber pasado y otras veces, que nunca pasará.
La cercanía del alma entre nosotros desafía las distancias físicas... el amor rompe con la barrera del tiempo.
Hoy, aquí y ahora, contigo estoy, mi alma está contigo y mi amor te acompaña ayer, hoy y mañana.
Marisan