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¿Es posible la amistad entre el hombre y la mujer?

¿Es posible la amistad entre el hombre y la mujer?
La amistad entre el hombre y la mujer, ¿es un mito o una posibilidad?
 
Quien más conspira para que sea posible la amistad entre un hombre y una mujer, es la “madre naturaleza”, cuyo objetivo (recordarán bien), es la propagación de la especie; y por tanto, hará todo lo posible para que dos personas de diferentes sexos, se puedan ver atraídas desde varios puntos de vista, con tal de obtener su objetivo... es nuestra parte instintiva.

¿Qué pasa entonces con esto? Nosotros podemos trascender esta programación, como seres superiores que somos. Así, en muchas oportunidades podremos lograrlo, mientras que en otras, nos va a resultar difícil. Lo anterior va a depender de varios factores que veremos a continuación: se establece una especie de conflicto entre lo instintivo y lo aprendido. 

Características de la amistad entre el hombre y la mujer

La amistad entre diferentes sexos es sumamente enriquecedora, si se puede mantener dentro de esos parámetros; ya que aporta puntos de vista muy diferentes sobre temas que tanto a las mujeres por un lado, como a los hombres por el otro, les cuesta ver con la perspectiva del sexo opuesto.

A veces nos cuesta imaginarnos qué tan diferente podemos pensar y actuar frente a las mismas situaciones, y la verdad, es que somos bastante diferentes, inclusive hasta en la forma en cómo procesamos la información; y podemos lograr un buen complemento, manteniendo amistades con el sexo opuesto.
Si bien ambos sexos usamos ambos hemisferios del cerebro (izquierdo y derecho) según el problema al que nos vemos enfrentados, cada sexo va a tener su “punto fuerte”, según su hemisferio dominante.

En la mujer predomina el uso del hemisferio izquierdo: el hemisferio "verbal" que controla lo relacionado al lenguaje, escritura, etc.
El hemisferio derecho, está relacionado con las aptitudes espaciales (lo consultamos cuando miramos un mapa en una carretera, cuando resolvemos un problema de geometría, cuando proyectamos una casa, etc.): procesa modelos de información. Los hombres están orientados según este hemisferio.


Incluso hay una diferencia más: las mujeres muchas veces usamos ambos hemisferios en forma simultánea, si una situación problema lo requiere; y el hombre, en cambio, lo usa en forma especializada: de a uno por vez.

Con esta información, se irán haciendo la idea que, si desde el punto de vista biológico somos distintos para procesar al información, cuánto más, respecto a la forma en que somos educados y los diferentes roles que tenemos.

Por eso es que es enriquecedor tener una amistad con personas de diferente sexo: porque aporta elementos complementarios y una forma de ver la vida, que dentro de un mismo sexo no se da.

Además, las relaciones (salvo que estén por alguna determinada situación, expuestos a ser competencia) son mucho menos competitivas que las que se mantienen dentro de un mismo sexo.

Cuando empiezan los problemas

Hasta aquí, estamos de acuerdo en que puede ser enriquecedor... el problema empieza cuando los límites de esa relación se desdibujan.

Cuando a un hombre le resulta muy atractiva una mujer, sólo será su amigo si no tiene otra posibilidad... o lo hará esperando que su posición cambie con el tiempo. Incluso, pueden esperar años... pero su verdadero interés, no será la amistad.

El hombre es más vulnerable a la belleza femenina que al contrario. No nos olvidemos que la educación pro sexo en la cual fue criado, hace que cada mujer atractiva que conozca, la vea como “cazador” a su “presa”.  Para un hombre es muy difícil ser amigo de una mujer que le resulte muy atractiva, a menos que haya ciertas condiciones que superen con creces esta característica.
 
Cabe aclarar, que la belleza es siempre subjetiva: una persona puede calificar con un diez a alguien, que sería una belleza superlativa, y sin embargo, puede resultar un cinco para otra persona. Esto está relacionado al “mapa del amor” que traemos cada uno. Tiene que ver con las relaciones que hemos tenido de niños y las asociaciones que nos formamos desde ese entonces.

Si por ejemplo un hombre cuando era niño tuvo una madre o niñera “regordeta” que lo trataba con mucho cariño, para él, esa asociación de belleza está implícita. No quiere decir que sólo le van a gustar las “regordetas”, pero sí que va a ver ese tipo de perfil femenino, asociado a una evaluación positiva de su parte. Y así con cualquier otra característica física, por más que se salga del modelo vigente de belleza de ese momento.

Las mujeres en cambio, valoran otros aspectos diferentes y no es la belleza masculina la que ocupará el primer lugar como obstáculo para una amistad. Las características de personalidad, pesan más en las mujeres que en los hombres. Por ejemplo, puede ser mucho más complicado para una mujer tener un amigo que adopte un rol protector.

Tampoco hay reglas generales que no tengan sus excepciones. Cada  sexo y cada persona, conoce su punto débil y cómo reacciona ante ellos. Por eso cuando nos hacemos amigos de alguien, está bueno detenerse a pensar un poco qué aspecto nos une a esta persona.

Otro elemento que puede dificultar este tipo de amistades, es la cantidad de tiempo que pasan juntos, ya que el tiempo es un afrodisíaco natural que tiende a favorecer la atracción entre los sexos. Muchas veces las personas se sienten atraídas por compañeros de trabajo, de estudio, de curso, por sus profesores, etc. Ellas mismas expresan que, fuera de este contexto, nunca se les hubiera ocurrido fijarse en ellos como posible pareja.  Es ahí donde la “madre naturaleza”, con un poco de “tiempo”, hizo de las suyas. En una amistad, puede pasar lo mismo. 

Otro elemento, es el grado de intimidad compartida: hay quienes mantienen amistades con el sexo opuesto, con distinto tipo de profundidad y es muy válido, si es la forma que encontraron para manejarlo bien.

Otro punto peligroso, es la proximidad física a que están expuestos. Es el caso de personas que por las características de su trabajo o porque comparten actividades, están demasiado expuestos a mucha proximidad o contacto físico.

Otros factores que también pueden dificultar una amistad, pueden ser que uno o ambos integrantes no tengan pareja o que estén desconformes con la suya, y de esta forma, vean a la otra persona como alguien que podría llegar a ocupar ese lugar... y así, comiencen a fantasear con su amigo. Y es señal evidente de peligro, cuando una de las partes no quiere que su pareja conozca a su “amistad”.

A pesar de esto, hay algunas personas, que desexualizan por completo sus amistades y no tienen ningún tipo de inconvenientes frente a ninguno de estos puntos anteriores. Pero no son la gran mayoría.

Cosas a favor

También existen elementos que ayudan a la viabilidad de una amistad de estas características, como ser los que se detallan a continuación.

- Que ambos tengan una pareja con la que se sientan conformes.

- Que la relación no se base en la atracción física.

- Que haya relaciones asimétricas en algún aspecto y que éstas se consideren como una contra para establecer una relación que no sea de amistad. Puede ser el caso de diferencias importantes en la altura, roles, edad, posición económica u otros.

Asimimso, es más sencillo cuando las amistades se dan entre parejas. Por eso, es conveniente que, si te haces amiga de alguien del sexo opuesto, puedas presentárselo a tu pareja y viceversa. Este es un elemento que ayuda a marcar un límite.

¿Cómo manejarnos en situaciones peligrosas?

Si las señales confusas vienen del otro lado, aclararlas es la mejor manera de no alimentar un mal entendido. Si somos nosotros quienes las creamos, debemos tratar de no alimentar en nuestra mente, fantasías que hagan deformar esta relación.

Debemos también darnos cuenta, si estamos teniendo una actitud que no es de amistad; por ejemplo, cuando tratamos de seducir de alguna forma a esa persona del sexo opuesto. Esas señales tienen que ser advertidas, para saber dar un viraje a la situación y encauzarla nuevamente. Esto no quiere decir que no se pueda ser amigos, sino saber corregirnos cuando estamos en una actitud equivocada respecto al otro.

Lo que considero que es importante tomar conciencia en este tipo de relaciones, es que en algún momento, puede haber cierto grado de atracción. Pero como no sólo nos dejamos guiar por instintos, es bueno que podamos entender que esto es algo natural y que simplemente no hay que interpretarlo como una señal que debe pasar a algo más. 

Debemos tener en cuenta que la amistad es una relación muy valiosa y que simplemente debemos mantener ciertos límites para poder cuidarla, y priorizar el verdadero objetivo de esa relación.

En general, la atracción entre los sexos, está implícita en todas las relaciones en una u otra medida. Hay que saber manejarla para no vivir de amorío en amorío por la vida, cada vez que uno se enfrentan a una situación como esta. A nadie se le ocurriría dejar de consultar un especialista porque le parezca atractivo, ni tampoco andar seduciéndolo por el simple hecho de serlo: simplemente se debe priorizar el fin por el cual se acude a él. 

Y así nos manejamos en general en todas las relaciones con el sexo opuesto: en base a los objetivos que tenemos en dicha relación.

Si estoy en una amistad en la cual no puedo realmente ver de esa forma a la otra persona y mis sentimientos se tornan diferentes e inmanejables, es preferible ser sinceros con nosotros mismos y alejarnos; o bien plantearle al otro que no es ese nuestro objetivo. Por eso, cuando hay personas que dicen que no creen en la amistad entre el hombre y la mujer, se refieren a estos casos. Y está bien: es preferible ser honesto en las relaciones.

Todas las relaciones humanas tienen sus peculiaridades... ninguna es naturalmente fácil. Aún en amistades del mismo sexo, donde no está la atracción física de por medio, igual están otros sentimientos que son a veces mucho más complejos y que debemos tratar de encauzar bien, para que la relación de amistad perdure

Si podemos entender cómo funcionamos en todas nuestras relaciones y no asustarnos por los inconvenientes que cada una de ellas conlleva, vamos a tener, sin dudas, una vida mucho más sociable y por tanto, mucho más rica que si nos aislamos por temor a no saber enfrentar las características y los problemas inherentes a cualquier relación (sea entre iguales o diferentes sexos).

La amistad entre diferentes sexos, es una más de las relaciones que se dan en la vida y tiene sus características propias, como las tienen también las otras. Simplemente hay que aprender a entenderlas, encauzarlas y no tergiversarlas.

Asi que para aquellos que puedan disfrutar de estas amistades, sigan enriqueciéndose con ellas... y aquellos que no, se enriquecerán de otra manera.


Ps. Silvia Cardozo
ensil@adinet.com.uy
Terapeuta Cognitivo-Conductual
Técnico en Sexología Clínica
Integrante, Coordinadora y Docente de Suatec (Soc. Uruguaya de Análisis y Terapia del Comportamiento)
Teléfono del consultorio: 2 707 90 27 

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Comentarios (1)

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Lara 17-08-2012

Excelente !

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